Ningún socio comercial igual ha jugado un papel secundario mejor que Charlie Munger.
El amigo más cercano y consigliere de Warren Buffett durante seis décadas, el multimillonario vicepresidente de Berkshire Hathaway, murió el martes a los 99 años en un hospital de California. Un comunicado de prensa de Berkshire confirmó su muerte.
En público, especialmente frente a las decenas de miles de asistentes a las reuniones anuales de Berkshire, Munger cedió ante Buffett, dejando que el presidente de la compañía acaparara el micrófono y la atención. Munger rutinariamente hacía reír a la multitud graznando: ‘No tengo nada que agregar’.
En privado, Buffett, que tiene 93 años, a menudo cede ante Munger. En 1971, Munger lo convenció para que comprara See’s Candy Shops por un precio equivalente a tres veces el valor neto de las tiendas de chocolate: un ‘precio elegante’, recordó Buffett más tarde, mucho más alto de lo que estaba acostumbrado a pagar por los negocios.
See’s generaría unos 2.000 millones de dólares en ganancias acumuladas para Berkshire durante las próximas décadas.
Como Buffett escribió en 2015: “Esta compra puso fin a mi búsqueda de inversiones en “colillas de cigarro” (compañías mediocres a precios de “oferta”) y me puso en la búsqueda de negocios espléndidos que se venden a precios [razonables]. Y añadió: “Charlie había estado instando a que se hiciera este curso durante algunos años, pero yo aprendía lentamente”.
Buffett apodó a Munger el “nadie abominable” por su ferocidad al rechazar posibles inversiones, incluidas algunas que Buffett podría haber realizado de otro modo. Pero Munger, que estaba fascinado por la ingeniería y la tecnología, también empujó al tecnofóbico Buffett a hacer grandes apuestas en BYD, un fabricante chino de baterías y vehículos eléctricos, y en Iscar, un fabricante israelí de máquinas herramienta.
Fuente: https://www.wsj.com/finance/investing/charlie-munger-berkshire-hathaway-dead-74d476a8