Mientras Donald Trump y la estrategia comercial de su gobierno se empeñan en continuar con la guerra comercial que Estados Unidos mantiene hasta ahora con prácticamente el resto del mundo, el año 2020 pudiera traerle a la administración norteamericana su talón de Aquiles. Un acuerdo que reuniría a casi la mitad de la población mundial y aportaría una tercera parte del PIB global quedaría conformado en el próximo año por 15 naciones: Australia, Brunei, Camboya, Corea del Sur, China, Filipinas, Indonesia, Japón, Laos, Malasia, Myanmar, Nueva Zelanda, Singapur, Tailandia, Vietnam, y a los que se espera se sume la India.
Para Estados Unidos, que quedó fuera de las negociaciones de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés), este Tratado de Libre Comercio significa un jarro de agua fría porque le otorga a China, principal impulsor del acuerdo, una mayor influencia global ante la guerra arancelaria que mantienen ambas naciones. Así mismo, se convierte en el segundo de los grandes pactos comerciales de los últimos años donde Estados Unidos no está incluido, tras la salida en 2017 de ese país del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económico (TPP).
Para tener una idea de lo que Estados Unidos se pierde podemos citar los siguientes datos. EL RCEP crearía el Tratado de Libre Comercio más grande del mundo y en el caso de que India finalmente se una, englobaría a 3.400 millones de personas, el 47% de la población mundial, y un Producto Interior Bruto de 22,6 billones de dólares (20,6 billones de euros) o el 32,2% del PIB mundial. Además de ello, aglutinaría 10,3 billones de dólares (9,2 billones de euros) en comercio entre los 16 países, el 29% del actual comercio mundial, y 585.000 millones de dólares (524.000 millones de euros) de inversión extranjera directa, el 32,5% de la inversión mundial. El RCEP tiene su origen en el 2012 con su anuncio durante la cumbre de la ASEAN en Camboya, e inició las rondas de negociaciones un año después en 2013 en Brunéi. Aunque el propósito inicial fue concluir el acuerdo a finales de 2015, la dificultad de solventar las peticiones de todos los países involucrados ha extendido más de la esperado la firma del acuerdo. En total se han celebrado 28 rondas negociadoras y 3 cumbres de mandatarios durante estos siete años, que han dilatado el final de las negociaciones hasta este mes de noviembre de 2019, quedando prevista la firma oficial del acuerdo para febrero de 2020
¿Qué pasa con La India?
El pasado 4 de noviembre se celebró en Bangkok la cumbre de la ASEAN +3, donde concluyeron las negociaciones para crear el RCEP, a pesar de la decisión de la India de no suscribir el pacto por el momento. A la cita Delhi acudió con nuevas demandas y la solicitud de mecanismos de protección que de momento dejan a un lado a la nación, a la espera de resolver de manera satisfactoria una serie de asuntos internos.
El temor de la India se basa en varios aspectos. Por un lado, en el posible impacto negativo del RCEP en su industria de manufactura, ante el riesgo de verse inundada por productos chinos. El país ya tiene un gran déficit comercial con China y se preocupa por que el pacto erosione la industria nacional y amplíe ese déficit comercial. El otro freno lo encuentra en las quejas del sector agrícola y propietarios de pequeñas y medianas empresas. El gobierno indio ha tenido que incluir edulcorantes para conquistar a estos escépticos.
¿Por qué le preocupa a la India la Asociación Económica Integral Regional? El siguiente gráfico lo demuestra:
Fuente: ClearsIAS
Hasta el momento existen posiciones divididas entre los países involucrados en cuanto a si se debe continuar con el acuerdo sin la India. China, por ejemplo, es partidario de esta idea debido a que en reuniones ministeriales anteriores ya la India había bloqueado la adquisición de algunos acuerdos. Japón, sin embargo, defiende la necesidad de que la India se una al tratado, ya que Tokio promueve su visión de una región indopacífico libre y abierta.
La concepción inicial del RCEP es crear un acuerdo comercial que abarque el Asia-Pacífico. Por ello es importante que la India forme parte del pacto. Si Nueva Delhi se retira, perderá las oportunidades de traer más inversión y aumentar las exportaciones. La decisión de no participar en el RCEP contradice el objetivo estratégico de la India de desempeñar un papel más importante en la región del Indo-Pacífico.
Hasta el momento no ha quedado claro si la India entrará o no en el que pudiera ser el mayor Tratado de Libre Comercio del mundo. Eso sí, no tiene mucho tiempo para tomar una decisión definitiva, pues la firma oficial del acuerdo está prevista para febrero de 2020. De concretarse el RCEP, Estados Unidos tendría motivos más que suficientes para replantearse su estrategia comercial actual.