General Motors, durante mucho tiempo un actor dominante en China, esperaba revitalizar su tambaleante negocio en el mercado automovilístico más grande del mundo con una afluencia de nuevos modelos en los últimos dos años.
Entre ellos se encontraba el Cadillac Lyriq eléctrico, un llamativo automóvil de lujo que los ejecutivos esperaban que atrajera a los consumidores chinos que gravitaban cada vez más hacia los automóviles eléctricos.
‘Creemos que será un vehículo realmente fuerte para nosotros en China y, creo, una buena prueba de lo que vendrá’, dijo el director financiero de GM, Paul Jacobson, en 2022.
Dos años después, el Lyriq apenas es un punto en las listas de ventas de GM en China, y la participación de mercado del fabricante de automóviles en el país se ha reducido. Después de años de ganancias constantes en China, GM sufrió pérdidas en el primer semestre de este año.
Se espera que el martes los ejecutivos de GM vuelvan a responder preguntas durante la conferencia de inversionistas de la compañía sobre sus planes para China, esta vez bajo circunstancias más apremiantes. Las pérdidas de participación de mercado han provocado llamados para que GM reduzca su negocio allí o incluso se retire por completo de China.
La mayoría de los fabricantes de automóviles extranjeros –desde Volkswagen y Toyota Motor hasta Tesla– enfrentan una desaceleración o una reducción de sus negocios en China, donde los consumidores están acudiendo en masa a automóviles chinos que alguna vez fueron considerados inferiores a las marcas globales más grandes.
Los fabricantes de automóviles tradicionales no han seguido el ritmo del rápido paso del país hacia los vehículos eléctricos e híbridos enchufables. Las marcas chinas también han avanzado en características tecnológicas y, a menudo, tienen precios muy por debajo de los de sus rivales extranjeros.
La directora ejecutiva de GM, Mary Barra, ha dicho que la compañía se mantendrá firme. En julio, el fabricante de automóviles reveló planes para reestructurar el negocio, un proceso que a menudo resulta en una reducción de fábricas, modelos y empleos. La compañía ha cambiado su liderazgo en China mientras elaboraba un plan con su principal socio en una empresa conjunta, la estatal SAIC Motor. Su acuerdo expira en 2027.
Sus rivales Ford Motor y el fabricante de Jeep Stellantis han respondido a la caída de las ventas en China recortando la producción de sus fábricas, centrándose en nichos de mercado y utilizando sus fábricas chinas para exportar vehículos a otros países. Hace dos años, Stellantis puso fin a una empresa conjunta con un socio chino que generaba pérdidas y asumió una amortización de aproximadamente 300 millones de dólares.
Un enfoque así podría resultar más complejo y costoso para GM porque tiene más fábricas y empleados en el país, dicen los analistas.
GM podría cerrar algunas fábricas y recortar el número de modelos que ofrece, dijo Bill Russo, director de la firma consultora Automobility, con sede en Shanghai. También podría buscar forjar vínculos con un fabricante local de vehículos eléctricos con más conocimientos digitales, como hizo su rival Volkswagen cuando invirtió en el fabricante de automóviles chino XPeng.
“Dejas correr al caballo más rápido y atas tu carro al caballo más rápido”, dijo Russo.
Un portavoz de GM dijo que la compañía ve prometedores los nuevos vehículos eléctricos y los híbridos enchufables, así como las nuevas funciones de asistencia al conductor y otras tecnologías. GM también está trabajando para reducir la producción y “eliminar costos del negocio” en China, dijo.
