fbpx
9 C
Mexico City
miércoles, enero 15, 2025
- Anuncio -spot_img

La oscura guerra contra los cables y oleoductos submarinos

Bajo el mar se libra una oscura guerra híbrida. En noviembre, un buque de carga de propiedad china fue sospechoso de cortar dos cables de fibra óptica bajo el Báltico desde Alemania hasta Finlandia y desde Suecia hasta Lituania. Un mes después, los guardacostas finlandeses confiscaron un camión cisterna que transportaba gasolina rusa y que supuestamente cortó un conector eléctrico submarino entre Finlandia y Estonia y dañó cuatro líneas de telecomunicaciones. A principios de este mes, Taiwán pidió a Corea del Sur que le ayudara a investigar un barco de propiedad china sospechoso de dañar un cable de Internet frente a su costa norte. Las democracias globales están teniendo que darse cuenta rápidamente de los peligros del sabotaje de infraestructura submarina vital que transporta energía o datos, incluidos billones de dólares en transacciones financieras diarias.

China atribuyó un incidente anterior ocurrido en octubre de 2023, cuando un buque matriculado en Hong Kong cortó un gasoducto también entre Finlandia y Estonia, a un “accidente causado por una tormenta”. Pero las autoridades finlandesas dicen que hay posibilidades “casi nulas” de que éste y los dos recientes actos aparentes de sabotaje en el Báltico fueran todos accidentes o mala navegación. Descubrieron que el Eagle S, el petrolero que sufrió el incidente de diciembre, arrastró su ancla durante casi 100 kilómetros a través del Golfo de Finlandia.

Aunque Finlandia no ha acusado públicamente a Rusia, muchos ven la mano de Moscú detrás de estos episodios, utilizando potencialmente barcos propiedad de China y otros. Los incidentes han generado alertas de que la “flota en la sombra” de petroleros viejos, mal mantenidos y con seguro insuficiente que se utilizan para evadir las sanciones occidentales y transportar petróleo ruso a clientes asiáticos (que ya plantean importantes riesgos ambientales) también podría estar desplegándose para actividades más amenazadoras.

Sin embargo, la vulnerabilidad de las instalaciones submarinas quedó expuesta por primera vez con las explosiones de 2022 que volaron los dos gasoductos Nord Stream que conectan Rusia con Alemania. El año pasado, las autoridades alemanas culparon a Ucrania, aunque la investigación continúa. Además, la experiencia de Taiwán sugiere que los riesgos de sabotaje están lejos de ser sólo un fenómeno europeo.

A nivel mundial, las vulnerabilidades son graves. Los cables transportan alrededor del 98 por ciento del tráfico de Internet, incluidos 10 billones de dólares en transacciones diarias en plataformas como Swift que impulsan los mercados globales.

Las redes energéticas están cada vez más interconectadas.

Los ejércitos occidentales están empezando a reaccionar. En una reunión en Helsinki el martes, la OTAN lanzó una misión llamada Baltic Sentry para proteger la infraestructura submarina en la región que involucra fragatas, aviones de patrulla marítima y drones navales. Se necesita más seguimiento satelital de los barcos para identificar comportamientos sospechosos, ya que los barcos de la flota en la sombra a menudo apagan los transpondedores que señalan su posición.

Estados Unidos y sus aliados también deben intensificar sus esfuerzos para frenar la flota en la sombra. Las armadas y los guardacostas se han mostrado cautelosos a la hora de detener a embarcaciones que, según el derecho internacional, disfrutan del derecho de “paso inocente” a través de aguas de otros países, por temor a desencadenar represalias o incidentes diplomáticos o militares. Ese derecho se pierde si los barcos participan en actos nefastos, pero saberlo sin abordarlo puede ser complicado. Sin embargo, la decisión de las autoridades finlandesas de confiscar el Eagle S e iniciar una investigación sobre un presunto sabotaje grave sugiere una bienvenida disposición a actuar con más firmeza contra los buques sospechosos.

Los operadores de redes submarinas, a menudo del sector privado, también desempeñan un papel en la instalación de más medidas de seguridad y en la construcción de más redundancia en los sistemas para permitir un rápido desvío. Se necesitan miles de millones de dólares de inversión en cables de respaldo y en ampliar la flota existente de barcos de reparación para acelerar los tiempos de respuesta. Pero en un mundo de tensiones crecientes, esto puede resultar mucho más barato que afrontar las consecuencias de cualquier ataque concertado.

Fuente: https://www.ft.com/content/b7e6b481-9202-4343-ae03-b563d06433e1?shareType=nongift

Related Articles

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Stay Connected

3,789FansMe gusta
900SeguidoresSeguir
4,990SuscriptoresSuscribirte
- Anuncio -spot_img
- Anuncio -spot_img

Latest Articles