Hay tres buenas razones para eliminar cuidadosamente los riesgos de la economía mundial.
El escritor es estratega de renta variable de mercados emergentes de Asia en Morgan Stanley.
El paradigma económico global está cambiando rápidamente, y la “eliminación de riesgos” de las cadenas de suministro es un tema crucial. Algunos han argumentado que reducir los riesgos al intentar saltos generacionales en tecnología y descarbonización no es un objetivo realista. Los críticos de tal impulso sugieren que resultará en un colapso del comercio y la inversión, lo que garantizará una mayor inflación. Pero somos optimistas de que puede suceder sin causar un gran impacto en la economía mundial.
El cambio hacia un mundo multipolar se ha estado desarrollando durante los últimos cinco años, y este régimen ahora está arraigado. La seguridad, más que la eficiencia económica, es el nuevo imperativo para los políticos en medio de la rivalidad hegemónica entre Estados Unidos y China y las repercusiones de la guerra de Rusia en Ucrania. Se están trazando líneas rígidas de soberanía sobre la tecnología que ha sido producida por programas de investigación y desarrollo altamente globalizados durante las últimas décadas.
Se han acumulado importantes desequilibrios y concentraciones en las cuotas de mercado global en muchos segmentos de la economía internacional desde la década de 1990 y, a partir de las interrupciones que ocurrieron durante la pandemia de Covid-19, está claro que esto debe cambiar.
La escala de la nueva inversión requerida para eliminar el riesgo de las cadenas de suministro será enorme. Nuestros analistas proyectan un costo de 1,5 billones de dólares para respaldar la reorientación y la relocalización de las cadenas de suministro, incluidas las de semiconductores avanzados y minerales críticos, mientras que la industria global de baterías para vehículos eléctricos requerirá 7 billones de dólares de gastos de capital durante los próximos 20 años. La inversión comprometida en energía limpia ha superado los 2 billones de dólares desde 2021, gracias a los incentivos gubernamentales de más de 500.000 millones de dólares.
Está surgiendo un conjunto de herramientas de políticas multipolares para canalizar recursos hacia este esfuerzo, que abarca grandes programas de subsidios, controles ampliados de exportaciones e inversiones y nuevos marcos regulatorios.
Para una transición exitosa que se aleje del régimen globalizado, los formuladores de políticas deben continuar trabajando con el sector corporativo y enfocarse en los nodos más críticos. Será necesaria una implementación cuidadosa para preservar la colaboración que ha sido clave para los avances tecnológicos, como el desarrollo de la litografía ultravioleta extrema, la tecnología utilizada en los microchips avanzados.
Dados los desafíos, ¿por qué somos más optimistas sobre los peligros de inflación y crecimiento de la reducción de riesgos de la cadena de suministro? Vemos tres razones para el optimismo. En primer lugar, el crecimiento mundial se verá impulsado por los inmensos programas de gasto de capital de una variedad de empresas de todo el mundo, lo que creará un nuevo impulsor de la demanda y el empleo. En segundo lugar, es probable que la intensa competencia por las tecnologías emergentes aumente la productividad: considere los ejemplos que surgieron de la investigación y el desarrollo relacionados con la guerra fría, incluidos los semiconductores y las comunicaciones satelitales, y el potencial desbloqueado por la IA. Finalmente, los costos más altos de las cadenas de suministro alternativas se verán mitigados por la capacidad adicional que aportan.
Como ejemplos del ciclo de retroalimentación positiva entre el apoyo de políticas y el progreso tecnológico, nuestros analistas ven que los costos de generación de electricidad verde caerán hasta 2030, con costos de capital para la generación eólica y solar cayendo un 50 por ciento, haciéndolos un 35 por ciento más baratos que los combustibles fósiles en promedio en ese punto. También vemos que el costo del almacenamiento de baterías de vehículos eléctricos a base de litio cae casi un 40 % por debajo de los niveles actuales para 2030, y las posibles baterías de iones de sodio son potencialmente entre un 20 y un 30 % más rentables que eso.
Pero el riesgo de un desacoplamiento global generalizado es alto, dada la tentación de convertir la interdependencia económica en un arma en medio de los conflictos actuales. Las altas apuestas de éxito o fracaso en industrias emergentes como la inteligencia artificial, los semiconductores avanzados, la computación cuántica y las energías renovables también están motivando el proteccionismo. De hecho, las tendencias políticas actuales podrían impulsar un ciclo en el que las acciones defensivas de un país para reducir los riesgos de la cadena de suministro refuercen las preocupaciones de los socios comerciales, lo que lleva a políticas industriales de ojo por ojo que nos dejan a todos peor.
La comunicación internacional y el compromiso serán claves para evitar este escenario. En lugar de una reubicación indiscriminada y un aislamiento económico, creemos que el objetivo final de reducir el riesgo de las cadenas de suministro se puede lograr mediante una combinación de reservas de inventario más altas y gastos de capital totalmente nuevos, lo que impulsaría y diversificaría la capacidad de producción. Tal resultado podría colocar a una economía multipolar en una base aún más resiliente y equilibrada que el mundo globalizado que se está quedando atrás.
Fuente: https://www.ft.com/content/33888a23-2cdf-4b04-bd16-8529acdc386c?shareType=nongift