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viernes, diciembre 5, 2025
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Asia (ASEAN): Las Transacciones Digitales Transforman el Panorama Financiero y Facilitan el Comercio

En todo el sur de Asia, se está produciendo un cambio radical en la forma en que los trabajadores migrantes envían dinero a sus hogares. El auge del dinero móvil y las billeteras digitales no solo está reduciendo los costos de transacción, sino que está transformando fundamentalmente la interacción entre los gobiernos, los sistemas financieros y millones de ciudadanos sin acceso a servicios bancarios. Esta revolución impulsada por las tecnologías financieras está obligando a los bancos centrales a reformar los marcos regulatorios, estabilizando las monedas nacionales, fomentando la inclusión financiera y profundizando la interdependencia económica en toda la región. A medida que el dinero móvil se convierte en la columna vertebral de las remesas, está sentando las bases para un futuro financiero más equitativo e interconectado en el sur de Asia.


Durante décadas, los trabajadores migrantes del sur de Asia, en particular de Nepal, Bangladesh y Filipinas, han recurrido a servicios tradicionales de transferencias bancarias como Western Union y MoneyGram para enviar sus ingresos a casa. Estos servicios, si bien son fiables, conllevan comisiones elevadas, que suelen oscilar entre el 6% y el 8% del importe de la transacción. Para un trabajador que envía 200 dólares al mes, esto se traduce en una pérdida de entre 12 y 16 dólares por transferencia, una carga considerable para las familias que dependen de estos fondos para cubrir necesidades básicas como la alimentación, la educación y la atención sanitaria.


En 2024, el sur de Asia recibió más de 150 000 millones de dólares en remesas: Bangladesh, 24 000 millones, Nepal, 10 000 millones y Filipinas, 39 000 millones. Estas cifras ponen de relieve la magnitud de la economía de las remesas y el impacto de las elevadas comisiones en las poblaciones vulnerables.


Entran en escena plataformas de dinero móvil como bKash en Bangladesh, GPay en Nepal y GCash en Filipinas. Estas billeteras digitales, accesibles a través de smartphones, han reducido drásticamente las comisiones por transacción a tan solo un 1-2 %. Una transferencia de $200 ahora cuesta tan solo $2, lo que ofrece ahorros inmediatos a las familias. En Bangladesh, las billeteras móviles como bKash han aumentado significativamente su participación en las transacciones de remesas en los últimos cinco años, impulsadas por la adopción generalizada de smartphones y la innovación fintech.


En Filipinas, GCash reportó aproximadamente 81 millones de usuarios activos a principios de 2025, y las remesas desempeñaron un papel importante en su volumen de transacciones. Este cambio no se debe solo al costo, sino también a la accesibilidad. Al vincular las billeteras con números de teléfono, estas plataformas eliminan la necesidad de sucursales bancarias físicas y llegan a poblaciones rurales y sin acceso a servicios financieros, que anteriormente tenían un acceso limitado a estos servicios.


El auge de las remesas móviles está obligando a los bancos centrales del sur de Asia a adaptarse con rapidez. En Bangladesh, el banco central ha introducido directrices para garantizar la interoperabilidad entre plataformas de dinero móvil, lo que permite transferencias fluidas entre proveedores como bKash y Rocket. Esto fomenta la competencia y mantiene bajas las comisiones, a la vez que mejora la comodidad del usuario. El Banco Rastra de Nepal ahora supervisa de cerca las transacciones con monederos digitales, ya que las remesas representan aproximadamente el 25 % del PIB del país. Los picos repentinos en las entradas de capital pueden fortalecer la rupia nepalí, lo que podría perjudicar la competitividad de las exportaciones. Para contrarrestar esto, el banco ha implementado intervenciones cambiarias dinámicas y está explorando una moneda digital del banco central para agilizar los pagos transfronterizos.


En Filipinas, el Banco Central de Filipinas (BSP) ha adoptado una estrategia proactiva al otorgar licencias a bancos digitales e integrar el dinero móvil en el sistema financiero formal. El entorno de pruebas 2024 del BSP para el seguimiento de remesas basado en blockchain ha demostrado ser prometedor para mejorar la transparencia y frenar los flujos ilícitos, una preocupación persistente dado el volumen de transacciones informales. Sin embargo, estas adaptaciones conllevan desafíos. Los altos volúmenes de remesas pueden generar volatilidad cambiaria, lo que complica la política monetaria. Por ejemplo, el banco central de Bangladesh ha expresado su preocupación por las entradas de «dinero especulativo» (movimientos de capital a corto plazo impulsados por aumentos repentinos de remesas) que podrían desestabilizar el taka. Para abordar esto, está probando un sistema basado en blockchain para rastrear y regular las remesas digitales en tiempo real.


Los bancos centrales también están lidiando con los marcos regulatorios. El dinero móvil opera en una zona gris entre las telecomunicaciones y la banca, lo que requiere nuevas normas para prevenir el fraude y el blanqueo de capitales. El Banco Estatal de Pakistán, por ejemplo, ha endurecido los requisitos de «conozca a su cliente» (KYC) para billeteras móviles como JazzCash y Easypaisa, en consonancia con los estándares globales contra el blanqueo de capitales. Si bien son necesarias, estas medidas corren el riesgo de frenar la innovación si son excesivamente restrictivas, lo que crea un delicado equilibrio para los reguladores.

Más allá del ahorro, el dinero móvil está revolucionando los sistemas financieros al fomentar la inclusión. En las zonas rurales del sur de Asia, donde escasean las sucursales bancarias, las billeteras móviles sirven como acceso a diversos servicios financieros. En Filipinas, los usuarios de GCash pueden acceder a microcréditos, contratar seguros e invertir en fondos mutuos directamente desde sus teléfonos. En Bangladesh, bKash se ha asociado con instituciones de microfinanzas para ofrecer pequeños préstamos a mujeres rurales, empoderándolas para emprender negocios. En Nepal, más del 40% de los adultos ya utilizan dinero móvil, en comparación con solo el 15% con cuentas bancarias tradicionales, lo que ha permitido a millones acceder a la financiación.


El dinero móvil también está impulsando la innovación en los sistemas financieros. Las startups de tecnología financiera se están asociando con empresas de telecomunicaciones para crear corredores de remesas transfronterizos, profundizando así los lazos económicos regionales. Por ejemplo, una alianza para 2024 entre bKash y la empresa india PhonePe permite transferencias fluidas entre Bangladesh e India, facilitando el comercio y la inversión. De igual manera, GCash de Filipinas se ha integrado con GrabPay de Singapur, creando un puente de pagos digitales en el Sudeste Asiático. Estos corredores no son solo transaccionales; están transformando la interdependencia económica al permitir flujos financieros más rápidos, económicos y transparentes.


Los gobiernos están sintiendo las repercusiones de esta revolución. La reducción de los costos de las remesas implica que llega más dinero a las familias, lo que mejora directamente el bienestar. En Nepal, donde las remesas sustentan a uno de cada tres hogares, la reducción de las comisiones ha incrementado la renta disponible, impulsando el consumo y la recaudación fiscal. Los gobiernos están incentivando las remesas digitales mediante exenciones fiscales y subsidios para la adopción de tecnologías financieras.

Filipinas, por ejemplo, ofrece exenciones fiscales a los bancos digitales que prestan servicios en zonas rurales, lo que fomenta su expansión en regiones desatendidas.


Sin embargo, el auge del dinero móvil plantea desafíos políticos. Los gobiernos deben equilibrar la innovación con la supervisión para prevenir el fraude, la evasión fiscal y el blanqueo de capitales. En Pakistán, las autoridades han tomado medidas enérgicas contra los proveedores de billeteras móviles no registrados, alegando riesgos para la estabilidad financiera. El gobierno de Bangladesh está explorando un sistema nacional de identificación digital para agilizar los procesos de KYC, pero su implementación se retrasa debido a deficiencias en la infraestructura. Estos esfuerzos ponen de relieve la tensión entre impulsar el crecimiento de las fintech y mantener el control regulatorio.


La revolución del dinero móvil es más que un cambio tecnológico; es un catalizador para el cambio sistémico. Al democratizar el acceso a los servicios financieros, empodera a millones de personas sin acceso a servicios bancarios, desde agricultores rurales en Nepal hasta comerciantes urbanos en Bangladesh. Al estabilizar las monedas y fomentar la innovación, fortalece las economías nacionales y los vínculos regionales. Y al obligar a los gobiernos y bancos centrales a adaptarse, está sentando las bases de un futuro financiero más inclusivo y resiliente.


Sin embargo, persisten desafíos. Los reguladores deben gestionar los riesgos de la rápida adopción digital, desde las amenazas a la ciberseguridad hasta la volatilidad monetaria. Los gobiernos deben invertir en infraestructura digital para garantizar un acceso equitativo, especialmente en zonas remotas. Y los bancos centrales deben equilibrar la innovación con la estabilidad para aprovechar al máximo el potencial de esta revolución. A medida que el sur de Asia adopta el dinero móvil, no solo está reconfigurando sus economías, sino que también está redefiniendo su lugar en el orden financiero global.

Fuente: https://asia.nikkei.com/opinion/digital-transactions-are-transforming-south-asian-financial-systems?utm_campaign=GL_opinion&utm_source=NA_newsletter&utm_content=article_link&del_type=6&pub_date=202508170930000900&seq_num=16&si=13636

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