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viernes, febrero 21, 2025
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El comercio no es solo cuestión de Trump

Las amenazas arancelarias de Donald Trump están sacudiendo los mercados estadounidenses y exasperando a aliados y adversarios por igual. Pero vale la pena recordar que muchos de los cambios que se están produciendo en el comercio mundial y en las cadenas de suministro ya llevan tiempo en marcha y tienen poco que ver con las payasadas del presidente. Es más, las grandes tendencias no siempre son necesariamente las que uno cree.


Tomemos, por ejemplo, la idea de la deslocalización. Esto sin duda está ocurriendo en América del Norte, donde una relación comercial más estrecha entre Estados Unidos, México y Canadá en los últimos años ha aliviado la dependencia de China (esto, por supuesto, plantea la pregunta de por qué Trump querría perturbar algo bueno). Pero a nivel mundial, la distancia geográfica promedio del comercio en realidad ha aumentado en la última década, unos 10 km al año, según una nueva investigación del McKinsey Global Institute (MGI). La distancia promedio que recorre hoy un dólar de comercio es de unos 5.200 km.


Esto se debe en gran medida a que el “friendshoring” no se realiza necesariamente a nivel local. Estados Unidos desplazó el suministro a México, sí, pero también a Vietnam. Europa se ha alejado de la energía rusa y se ha acercado a Estados Unidos, al menos por ahora. Y las potencias intermedias como Brasil, India y los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) están encontrando nuevas alianzas comerciales en todo el mundo. A pesar del énfasis de muchos gobiernos en reducir la carga de carbono, lo que abogaría por cadenas de suministro más cortas (ya que el transporte y la logística son la segunda fuente más importante de gases de efecto invernadero después de la propia China), el comercio global está más extendido que nunca.


Dicho esto, se están formando bloques comerciales discretos, pero sobre una base geopolítica más que geográfica. En mayo pasado, un estudio del FMI concluyó que estaban surgiendo tres grandes bloques comerciales alineados políticamente. En primer lugar, había un bloque con inclinación hacia Estados Unidos que incluía a Estados Unidos, Europa, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. En segundo lugar, había un bloque con inclinación hacia China que incluía a Rusia, Bielorrusia, Siria y Eritrea. Por último, había un tercer bloque formado por países como la India, los estados de la ASEAN y otros del “sur global” que no están alineados o son neutrales en sus relaciones con Estados Unidos y/o China.
Según MGI, entre 2017 y 2024 se ha producido una disminución del comercio entre países no alineados políticamente de alrededor del 7 por ciento. Si bien los aranceles y las guerras comerciales juegan un papel, gran parte de ello se debió al impacto de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022.


Esta fragmentación comercial es mucho menor que la observada durante la Guerra Fría, pero es más significativa desde el punto de vista económico, porque en aquel entonces el comercio mundial de bienes representaba el 16% del PIB, mientras que ahora es el 45%.

Además, como ha señalado la primera subdirectora gerente del FMI, Gita Gopinath, los países que integraban bloques comerciales se estaban integrando durante la Guerra Fría, mientras que ahora pueden estar en realidad volviéndose hacia adentro. Esto es obviamente cierto en el caso de Estados Unidos, que amenaza con imponer aranceles a los mismos países con los que se ha acercado económicamente en los últimos siete años.


Pero para entender realmente qué está cambiando en un país determinado, hay que analizar los matices de cada sector. Pensemos, por ejemplo, en el marcado aumento de las importaciones estadounidenses de equipos de transporte procedentes de México. Se podría pensar que se trata de una reducción de las importaciones procedentes de China, pero en realidad se trata de una disminución del comercio con Canadá. Asimismo, si bien el comercio bilateral entre Estados Unidos y China ha disminuido, el valor de las importaciones estadounidenses que dependen de China no ha disminuido mucho. Esto se debe, en parte, a que los productos originarios de China se envían a terceros países antes de enviarlos a Estados Unidos. Como siempre, calcular la realidad del comercio mundial es una tarea complicada.


¿Cómo se están adaptando las empresas a este nuevo mundo? En lugar de optar por un único bloque, la mayoría está empezando a adoptar un modelo diferente que incorpora costes adicionales para poder trabajar en los tres. También están buscando formas de reducir el riesgo geopolítico en el desarrollo de productos. Unilever, por ejemplo, está haciendo menos adaptaciones para los mercados y recurriendo en cambio a especificaciones estándar de la industria, de modo de poder trasladar rápidamente los productos de un mercado a otro a medida que cambia el entorno político.


Muchas empresas también están utilizando la IA para predecir dónde podrían producirse nuevas perturbaciones comerciales y automatizar planes de acción más complejos en la cadena de suministro. La empresa alemana Schneider Electric, por ejemplo, ha desarrollado una “torre de control” de software que examina toda la red de proveedores multicapa y redirige inmediatamente los pedidos a diferentes partes de la red si una empresa o un país en particular pueden atenderlos.


Si bien los aranceles y contraaranceles de Trump sin duda tendrán un impacto en la forma del comercio en los próximos años (muchas empresas internacionales ya se están apresurando a seguir el ejemplo y poner más capacidad de producción en Estados Unidos), hay tendencias más amplias que seguirán desarrollándose mucho después de que el gobierno actual se haya ido.


China, por ejemplo, anunció recientemente propuestas para acelerar sus propios planes de desacoplamiento tecnológico, que se pusieron en marcha en 2015, antes incluso de que Trump fuera elegido. Un informe reciente del Boston Consulting Group predijo que el comercio bilateral entre Occidente y China se contraería en 221.000 millones de dólares para 2033, una caída del 1,2%. Siempre he pensado que el mundo le da demasiado crédito a Estados Unidos por lo que realmente ocurre en el comercio global. El paradigma está cambiando, con o sin Trump.

Fuente: https://www.ft.com/content/5b50af30-ff54-47bf-a2f9-c8f118361fcd?shareType=nongift

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