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jueves, noviembre 21, 2024
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El Ministro de Economía de Argentina lanza una nota desafiante sobre el riesgo de default

Argentina es uno de los morosos en serie del mundo, habiendo incumplido sus obligaciones de deuda internacional nueve veces. Esta vez, insiste el ministro de Economía, Luis Caputo, será diferente.
Sumida en recesión y escasa de dólares, la nación sudamericana debe pagar más de 14.000 millones de dólares a tenedores de bonos y prestamistas multilaterales en 2025. ¿Podría haber otra cesación de pagos?
“Por supuesto que no, nunca”, dice el ex operador de Wall Street al Financial Times en una entrevista conjunta en el palacio presidencial con el presidente Javier Milei. ‘Nuestro compromiso de pagar a nuestros acreedores es absoluto, total’.
Milei, el economista libertario que se convirtió en presidente de Argentina en diciembre pasado, lleva más de 10 meses en una campaña de reforma de libre mercado para rehacer una economía notoriamente propensa a las crisis.

Sin embargo, si bien ha reducido drásticamente la inflación y equilibrado las cuentas del gobierno, Milei no ha podido reconstruir las escasas reservas de divisas del país ni restaurar el acceso a los mercados internacionales de capital, lo que plantea interrogantes sobre cómo Argentina hará los pagos del próximo año.
Pero Caputo afirma que ambas cosas se lograrán pronto a medida que el programa del gobierno mejore la economía y aumente la confianza del mercado.
Los economistas estiman que las reservas de divisas fuertes del banco central todavía están en números rojos por unos 4.500 millones de dólares, después de descontar un préstamo de China, depósitos privados y otros pasivos.
La acumulación de reservas se ha ralentizado a medida que el gobierno gasta dólares para mantener el tipo de cambio oficial del peso, a fin de evitar un aumento de la inflación. También han contribuido los bajos precios mundiales de la soja y el maíz, las principales exportaciones de Argentina.

Caputo dice que el crecimiento futuro de las reservas ‘dependerá en gran medida de las decisiones del sector privado’, pero que ‘no habrá problemas’.
Una amnistía fiscal lanzada por el gobierno ayudó a aumentar los depósitos privados en dólares en Argentina en unos 15.000 millones de dólares este año, según muestran datos del banco central, y los bancos utilizarán ese dinero para ofrecer préstamos, dice el ministro.
“Cuando los bancos necesitan convertir esos dólares en pesos para invertirlos, el banco central los compra . . . por lo que el banco central tiene una manera de aumentar fácilmente sus reservas”, dice Caputo. ‘Mientras respetemos nuestro objetivo de déficit cero y de impresión de dinero cero, la acumulación de reservas nos sorprenderá’.
La confianza del mercado en Argentina se ha disparado bajo el gobierno de Milei, y los precios de los bonos soberanos en dólares del país se han triplicado aproximadamente en los últimos 12 meses.
El riesgo país de Argentina (la prima de interés sobre los bonos del Tesoro estadounidense que los inversores exigen para mantener la deuda del país) ha caído de más de 2.500 puntos básicos en esta misma época el año pasado a alrededor de 1.100, aunque sigue muy por encima de los niveles que permitirían un retorno a los mercados de bonos.

El gobierno “no tiene necesidad” de pedir prestado dinero fresco a prestamistas extranjeros porque su propuesta de presupuesto para 2025 prevé un superávit fiscal primario del 1,3 por ciento del PIB, dice Caputo, a quien Milei se refiere como una “estrella de rock”. Argentina sólo buscará acceso a los mercados para “refinanciar la deuda existente, como cualquier otro país”, añade.
La mayor parte de las obligaciones de deuda de Argentina para 2025 caen en enero y junio, con casi 5.000 millones de dólares en pagos de intereses y principal adeudados a los tenedores de bonos en ambos meses. Para enero, Caputo dice que el gobierno ya depositó efectivo en el Banco de Nueva York para pagar los intereses y aseguró un acuerdo de recompra de casi tres años con los bancos para pagar el principal.
‘En junio, si las tasas de interés lo permiten, refinanciaremos el capital y pagaremos los intereses utilizando nuestro superávit primario’, dice Caputo. ‘Si no se dan las condiciones, haremos los pagos de otra manera’.
Algo que ayudaría, dicen los economistas, es un nuevo acuerdo con el FMI. Argentina le debe al fondo alrededor de 44 mil millones de dólares de un rescate que se remonta a 2018 y un nuevo acuerdo para refinanciar la deuda aliviaría la presión sobre las escasas reservas de dólares de Argentina.

Caputo dice que el gobierno todavía está decidiendo su estrategia de negociación y podría condensar en una sola las revisiones novena y décima del actual programa del FMI, previstas para agosto y noviembre. ‘Estamos entre ir a la novena y décima [revisión] juntos o pedir directamente un nuevo acuerdo para acelerar los plazos’, dice.
El objetivo de otro acuerdo con el FMI, añade Caputo, sería “dinero nuevo neto y poder recapitalizar el banco central más rápidamente”.
Hasta ahora, las relaciones han sido incómodas, y el jefe del departamento del hemisferio occidental del fondo, Rodrigo Valdés, se retiró de las negociaciones con Buenos Aires después de que Milei lo acusara de mala voluntad. (El funcionario chileno había molestado al presidente al pedir públicamente que se mejorara la calidad del ajuste fiscal de Argentina).
No está claro si el gobierno de Milei alcanzará un nuevo acuerdo con el FMI y, de ser así, qué tan grande sería el apetito del fondo por prestar más a una nación que ya es, con diferencia, su mayor deudor.
Sin embargo, el presidente y su ministro de Economía insisten en que las relaciones con el prestamista con sede en Washington son “buenas” y que los inversores interesados ​​en Argentina no deberían esperar un voto de confianza del fondo para comprar activos.
“Hoy es la gran oportunidad”, dice Milei. “Cuanto más tiempo pase, menor será nuestro riesgo país, más valdrán nuestros activos y menores serán sus retornos”.
A pesar de los desafíos que enfrenta su programa, el líder argentino se mantiene firme. “El mayor riesgo es que el presidente renuncie a sus convicciones, lo cual es imposible”, afirma. “No me molesta el ruido de quienes quieren empeorar este país. He venido aquí para liderar el mejor gobierno de la historia”.

Fuente: https://www.ft.com/content/ae822056-66d9-43fe-b76f-da8e88780c85?shareType=nongift

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