Parece un verso libre moderno, una oda a la guerra o al menos a la economía de guerra. El último discurso del nuevo jefe de la OTAN, Mark Rutte, sobre el estado de la alianza militar incluye estrofas de distinta longitud e incluso algunas frases que riman. Pero, se mire como se mire, es un llamamiento a las armas. Como se expone en el sitio web de la OTAN, y se titula Para prevenir la guerra, la OTAN debe gastar más:
Desde Bruselas se tarda un día en llegar a Ucrania.
Un día –
Así de cerca caen las bombas rusas.
Así de cerca vuelan los drones iraníes.
Y no mucho más lejos, los soldados norcoreanos están luchando.
Cada día, esta guerra causa más devastación y muerte.
Putin está intentando borrar a Ucrania del mapa.
Está intentando cambiar fundamentalmente la arquitectura de seguridad que ha mantenido a Europa segura durante décadas.
Y está tratando de aplastar nuestra libertad y nuestra forma de vida.
Pero no se trata sólo de Rusia, sino también de China:
Putin cree que “se está desarrollando una lucha seria e irreconciliable por la formación de un nuevo orden mundial”.
Estas son sus propias palabras.
Otros comparten su creencia.
Y no menos importante, China.
¿Conclusiones? Independientemente de que continúe o no la guerra en Ucrania, Europa debe adoptar una actitud de guerra, adoptando una economía de guerra, con o sin el apoyo de Estados Unidos. Rusia ha estado funcionando como una economía de guerra; así es como se sostienen sus cifras de PIB y el valor del rublo. La Unión Europea, liderada por la OTAN, ahora quiere hacer lo mismo. Más poesía de Rutte:
El peligro avanza hacia nosotros a toda velocidad…
Esto requiere que todos seamos más rápidos y más feroces.
Es hora de cambiar a una mentalidad de guerra.
Y potenciar nuestra producción y nuestro gasto en defensa.
En cuanto a la producción de defensa, estoy convencido de que aumentarla es una prioridad máxima…
He visitado a ingenieros de Thales en Francia, una fábrica de Rheinmetall (no, no en Alemania, sino en Italia) y Turkish Aerospace Industries en Turquía, y vi las capacidades que ofrecen.
Y me he reunido con representantes de la industria que me han dicho que necesitan –lo que necesitan– aumentar su producción.
Visto desde esta perspectiva, una “amenaza” del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de que los países de la OTAN deben aumentar el gasto militar al 5 por ciento del PIB es más bien una rutina de “policía bueno, policía malo”, en la que la OTAN es el bueno.
En una entrevista conjunta con My Take, dos intelectuales europeos, Santiago Zabala y Claudio Gallo, van más allá y sostienen que los líderes de la UE quieren una economía de guerra para abordar sus propios problemas internos. “Europa está avanzando rápidamente en modo guerra”, afirman Zabala, profesor de investigación de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, y Gallo, ex editor de asuntos exteriores del periódico italiano La Stampa. “Lo que piensan los ciudadanos –sobre recortar los servicios sociales a favor de los gastos militares– es una cuestión que no interesa a los líderes de la Alianza Atlántica ni a la Unión Europea”.
Una economía de guerra es el precio que deben pagar los europeos comunes para que Estados Unidos pueda concentrarse en China, pero eso no resolverá los profundos problemas sociales y económicos internos.
“La crisis europea se va a profundizar y va a traer consigo agitación e inestabilidad política”, afirman Zabala y Gallo. “Las élites europeas se están convirtiendo en enemigas de los pueblos europeos… La dirección política de los países europeos se decide cada vez más desde arriba y la voluntad popular es una especie de mito que se mantiene artificialmente mediante una elección ritualizada en la que los candidatos se deciden desde arriba… Alguien dice que Trump quiere congelar la confrontación con Rusia para dedicarse a la que mantiene con China. Parece demasiado tarde para poder dividir a Rusia y China, que se han visto empujadas a unirse precisamente por la postura agresiva de Estados Unidos”.