Una empresa respaldada por el estado chino planea lanzar un servicio satelital para competir con Starlink de Elon Musk en Brasil, en un desafío para Estados Unidos a medida que Beijing expande su influencia en América Latina.
El anuncio de Spacesail, que está desarrollando servicios de Internet de alta velocidad a través de satélites de órbita terrestre baja, se produjo mientras el presidente chino Xi Jinping visitaba Brasil esta semana, donde firmó una asociación mejorada con su homólogo, Luiz Inácio Lula da Silva.
El acuerdo con Spacesail también sigue a una reciente disputa entre Musk, cuya compañía SpaceX es propietaria de Starlink, y las autoridades brasileñas por supuesta desinformación en la red social X del inversionista multimillonario.
Spacesail acordó con el grupo estatal brasileño Telebrás proporcionar servicios de comunicaciones por satélite e Internet de banda ancha, según medios estatales chinos.
Las empresas estudiarán la demanda en áreas que no cuentan con infraestructura de fibra óptica, según el Gobierno brasileño, con el objetivo de que el servicio entre en funcionamiento en 2026, dijo un portavoz del Ministerio de Comunicaciones.
‘Spacesail está comprometida a ser un socio a largo plazo para Brasil’, dijo el director ejecutivo Jie Zheng a los periodistas el martes por la noche.
Brasil ha tratado de alentar a los competidores de Starlink, que controla casi la mitad del mercado de Internet satelital en la nación más grande de América Latina.
Este año, Musk se negó a obedecer órdenes judiciales en Brasil para eliminar cuentas que supuestamente promovían contenido extremista en X, lo que resultó en la prohibición temporal de la plataforma en el país.
Starlink se vio arrastrado a la disputa y obligado a pagar multas en nombre de X, ya que los reguladores advirtieron que corría el riesgo de perder su licencia si no cumplía con los fallos judiciales. Musk finalmente acordó eliminar las cuentas.
Las tensiones entre Musk y el gobierno de izquierda de Brasil se inflamaron nuevamente durante el fin de semana, cuando Rosângela Lula da Silva, la esposa del presidente, insultó a Musk en un evento sobre la regulación de las redes sociales.
El anuncio de Spacesail, que se produce en medio de las preocupaciones de Estados Unidos sobre su menguante influencia en una región que alguna vez fue considerada el “patio trasero” de Washington, coincidió con una gira diplomática relámpago por Sudamérica del líder chino.
Xi asistió a la inauguración de un megapuerto construido por China en Perú la semana pasada, antes de la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico en Lima.Luego viajó a Río de Janeiro para la conferencia de líderes del G20 antes de ser recibido en Brasilia con todos los honores de Estado el miércoles.
Lula y Xi elevaron su “relación estratégica integral” –que ya es una de las más altas en la jerarquía de relaciones bilaterales de Beijing– a una “comunidad China-Brasil con un futuro compartido para un mundo más justo y un planeta más sostenible”.
El acuerdo hace eco de una de las doctrinas diplomáticas centrales de Xi, la construcción de una “comunidad de destino común para la humanidad”, que según los analistas se refiere a la búsqueda de Beijing de un mundo multipolar que permita su ascenso y al mismo tiempo erosione el dominio estadounidense.
Los dos líderes también firmaron docenas de acuerdos que abarcan agricultura, comercio, infraestructura, tecnología e industria.
Pero Brasil no se ha sumado a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, el principal programa de infraestructura internacional de Xi, a pesar de haber sido cortejado por Beijing. Los funcionarios de Brasilia creen que pueden asegurar inversiones chinas sin ser miembros plenos del programa.
Spacesail, que también opera bajo el nombre de Shanghai Spacecom Satellite Technology, tiene planes ambiciosos para acelerar el despliegue de sus satélites, con el objetivo de tener 15.000 naves espaciales en órbita terrestre baja para 2030, según los medios estatales. Lanzó su primera ronda de 18 satélites en agosto, seguida de otra ronda en octubre.
Uno de sus acuerdos internacionales anteriores en Alemania se vio envuelto en disputas legales sobre la propiedad de preciadas licencias de espectro satelital.
Fuente: https://www.ft.com/content/af680581-9944-40aa-aeeb-30bc6a302aca?shareType=nongift