La UE está intentando evitar que Estados Unidos ataque las históricas normas digitales del bloque mientras ambas partes discuten los detalles finales de una declaración retrasada que formalizará el acuerdo comercial que acordaron el mes pasado.
Los funcionarios de la UE dijeron que los desacuerdos sobre el lenguaje relacionado con las «barreras no arancelarias» (que Estados Unidos ha dicho anteriormente que incluyen las ambiciosas reglas digitales del bloque) se encuentran entre las razones del retraso de la declaración conjunta.
Originalmente se esperaba días después de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciaran un acuerdo arancelario el 27 de julio en Escocia.
Dos funcionarios de la UE afirmaron que Estados Unidos quería mantener la puerta abierta a posibles concesiones en la Ley de Servicios Digitales del bloque, que obliga a las grandes tecnológicas a supervisar sus plataformas de forma más rigurosa. La Comisión ha declarado que flexibilizar estas normas supone una línea roja.
Pero un funcionario estadounidense dijo: “Seguimos abordando las barreras comerciales digitales en las conversaciones con nuestros socios comerciales y la UE acordó abordar estas barreras cuando se alcanzó nuestro acuerdo inicial”.
La comisión también esperaba que Trump firmara una orden ejecutiva que redujera los aranceles a los automóviles de la UE exportados a Estados Unidos del 27,5 por ciento al 15 por ciento antes del 15 de agosto, pero un funcionario estadounidense indicó que esto no sucedería hasta que se acordara la declaración conjunta.
“Las acciones que ajusten cualquier tasa arancelaria, como los aranceles de la Sección 232 [que se aplican a los automóviles], seguirán la finalización de las declaraciones conjuntas con los socios comerciales con los que hemos llegado a acuerdos”, dijo el funcionario estadounidense.
Sin embargo, semanas después, los borradores de la declaración todavía circulan entre Bruselas y Washington y no se ha presentado ninguna orden sobre los automóviles, un sector de exportación clave para Alemania.
En cambio, Estados Unidos publicó los “términos generales” de su “acuerdo de prosperidad económica” con el Reino Unido el mismo día en que se acordó en mayo, aunque sus disposiciones tardaron varias semanas en implementarse, mientras que las conversaciones sobre el acero y otras exportaciones continúan.
El acuerdo con Bruselas, considerado por la Comisión como uno de los más ventajosos firmados por Trump desde que desató su guerra comercial, establece un límite del 15 por ciento para los aranceles sobre la mayoría de los productos de la UE importados a Estados Unidos.
Se han concedido exenciones a algunas exportaciones de la UE, incluidas piezas de aeronaves, determinados medicamentos y minerales críticos.
Sin embargo, los analistas y políticos de todo el bloque lo han considerado como un mal resultado para la UE, que ha tenido que aceptar aranceles más altos al mismo tiempo que se comprometía a gastar cientos de miles de millones de dólares en exportaciones energéticas estadounidenses y en inversiones en Estados Unidos.
Otro obstáculo para la firma de la declaración conjunta entre la UE y EE.UU. es la tensión acumulada por los plazos, según funcionarios en Bruselas.
La administración Trump ha solicitado claridad sobre cuándo el pescado y los alimentos estadounidenses como el ketchup, las galletas, el cacao y el aceite de soja recibirían un mejor acceso al mercado y cuándo la UE reduciría sus aranceles sobre los productos industriales estadounidenses.
Pero el bloque de 27 naciones ha argumentado que es imposible establecer un cronograma preciso para sus procesos de aprobación interna, sobre todo porque aún no ha decidido cómo realizará los cambios legales para reducir la burocracia para los importadores estadounidenses.
“Asumimos compromisos políticos que tenemos la intención de cumplir, siempre que ellos [EE. UU.] hagan lo mismo primero, en ese orden”, dijo un funcionario de la UE.
El funcionario estadounidense declaró al Financial Times que, «al igual que con el Reino Unido, la administración Trump y la UE acordaron un marco para un acuerdo integral. Ambas partes dejaron claro, al alcanzar el acuerdo, que muchos detalles se resolverían posteriormente».
“La administración está trabajando estrechamente con funcionarios de la UE para finalizar esos detalles lo más rápido posible para ampliar el acceso al mercado para las exportaciones estadounidenses”, agregó el funcionario.
Bruselas ha desistido por ahora de conseguir exenciones arancelarias para el vino y las bebidas espirituosas, por las que presionaron Francia e Italia, los mayores exportadores de esos productos del bloque.
El jueves, el portavoz de la Comisión, Olof Gill, confirmó que la declaración había sido enviada de vuelta a la UE para su revisión.
“Estamos totalmente concentrados en lograr esa declaración conjunta”, dijo, añadiendo que “el último tramo es siempre el más difícil”.
