Una investigación del gobierno de Estados Unidos concluyó que los subsidios chinos benefician injustamente a la industria de construcción naval del país y perjudican a los competidores estadounidenses, una decisión que probablemente prepara el terreno para los aranceles.
La investigación de la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos concluyó que la búsqueda de dominio por parte de China en la construcción naval era irrazonable “porque desplaza a las empresas extranjeras, priva a las empresas orientadas al mercado y a sus trabajadores de oportunidades comerciales, y reduce la competencia y crea dependencias”, lo que aumenta el riesgo y daña la resiliencia de la cadena de suministro, dijo el USTR en un comunicado el jueves en Washington.
Según el informe de la USTR, China utiliza políticas que “reducen injustamente los costos o brindan ventajas” para desarrollar su dominio en sectores específicos. “Las empresas de la cadena de suministro de construcción naval china se benefician de la falta de derechos laborales efectivos en China y del uso de trabajo forzado u obligatorio. Asimismo, el exceso de capacidad no comercial de China en insumos, como el acero, beneficia a las empresas chinas que se encuentran en etapas posteriores de la cadena de suministro”.
En el marco de los subsidios, se desmantelaron barcos prematuramente para aumentar artificialmente la demanda, señaló el USTR en el informe.
La investigación comenzó en marzo tras una petición de un grupo de sindicatos. La llamada investigación de la Sección 301 es similar a la utilizada en el primer mandato del presidente electo Donald Trump para imponer aranceles a cientos de miles de millones de dólares en importaciones anuales procedentes de China por presunto robo de propiedad intelectual.
Ahora le corresponderá a Trump, que regresa al cargo el lunes, decidir qué hacer con los últimos hallazgos.
Las empresas estadounidenses compran muy pocos barcos directamente a los astilleros chinos, por lo que si la administración Trump impusiera aranceles como respuesta, probablemente tendría que aplicarlos a otros bienes. Desde 2017, China solo ha exportado unos 10 buques de carga directamente a Estados Unidos, según datos de aduanas chinas recopilados por Bloomberg.
La construcción naval ha surgido como el último enfrentamiento en el conflicto comercial entre Estados Unidos y China, que ha involucrado productos e industrias que abarcan desde paneles solares y semiconductores hasta automóviles eléctricos.
Las tensiones se aliviaron un poco a fines de 2023 después de una reunión en California entre el presidente Joe Biden y el líder chino Xi Jinping que resultó en algunos acuerdos para gestionar mejor los posibles brotes de coronavirus. Sin embargo, las dos partes siguen en desacuerdo sobre cuestiones económicas, militares y de ciberseguridad.
