La administración Trump ha bloqueado partes clave del aparato del gobierno federal para financiar la investigación biomédica, deteniendo efectivamente el progreso en gran parte del trabajo futuro del país en enfermedades como el cáncer y la adicción a pesar de la orden de un juez federal de liberar dinero de subvenciones.
El bloqueo, descrito en memorandos internos del gobierno, se debe a una orden que prohíbe a los funcionarios de salud dar aviso público sobre las próximas reuniones de revisión de subvenciones. Esos avisos son un engranaje oscuro pero necesario en la maquinaria de concesión de subvenciones que entrega unos 47 mil millones de dólares anuales a la investigación sobre el Alzheimer, las enfermedades cardíacas y otras dolencias.
El retraso en los procedimientos, que los funcionarios del NIH describieron como indefinido en los correos electrónicos, ha tenido consecuencias de largo alcance. Esta semana se cancelaron decenas de paneles de revisión de subvenciones, lo que creó una brecha en la financiación de los Institutos Nacionales de Salud. Junto con otros lapsos y cambios propuestos en la financiación del NIH a principios de la administración Trump, las demoras han profundizado lo que los científicos llaman una crisis en la investigación biomédica estadounidense.
La facultad de medicina de la Universidad de Columbia ha suspendido las contrataciones y los gastos en respuesta a la falta de financiación. El Instituto Tecnológico de Massachusetts congeló la contratación de empleados no docentes. La Universidad de Vanderbilt está reevaluando las admisiones de estudiantes de posgrado. Y los líderes de laboratorio dijeron en entrevistas que estaban contemplando y, en algunos casos, haciendo recortes de personal a medida que las solicitudes de subvenciones languidecían.
Para el NIH, el mayor financiador público de la investigación biomédica del mundo, la prohibición de anunciar reuniones de revisión de subvenciones ha detenido de hecho el proceso de investigación y aprobación de futuros proyectos de investigación. Los asesores del gobierno y los científicos dijeron que eso equivalía a un intento de eludir la orden temporal de un juez federal que obligaba a la Casa Blanca a dejar de bloquear la liberación de miles de millones de dólares en subvenciones y préstamos federales en toda la administración Trump.
“La nueva administración ha detenido, tanto a grandes rasgos como de manera burocrática, los procesos mediante los cuales el NIH financia la investigación biomédica en el país”, dijo Vaughn Cooper, microbiólogo de la Universidad de Pittsburgh.
Había planeado estudiar infecciones del tracto urinario en personas con catéteres de larga duración, un proyecto que los revisores expertos calificaron favorablemente en la evaluación inicial hace cuatro meses. Pero una reunión de revisión de alto nivel para avanzar con su investigación y otras propuestas ahora se ha cancelado, lo que ha dejado su trabajo en suspenso.
Un funcionario del NIH escribió en un correo electrónico del 7 de febrero revisado por The New York Times que la prohibición de anunciar reuniones de revisión de subvenciones estaba en vigor “indefinidamente” y “provenía del nivel del HHS”, una referencia al Departamento de Salud y Servicios Humanos, que ahora está dirigido por Robert F. Kennedy Jr.
El fracaso del proceso de revisión de subvenciones pareció reflejar una estrategia más amplia de la administración Trump de explotar lagunas legales para mantener en la práctica gran parte de las congelaciones generales de gastos del presidente, a pesar de las órdenes judiciales de mantener el flujo de dólares de los contribuyentes.
Los funcionarios del NIH y del Departamento de Salud y Servicios Humanos no respondieron a las solicitudes de comentarios el viernes.
El retraso en la concesión de subvenciones puede presagiar tras
tornos adicionales en el NIH, que ayuda a impulsar las industrias farmacéutica y biotecnológica con su gasto y genera decenas de miles de millones de dólares en actividad económica anual adicional cada año.
En un correo electrónico interno enviado a última hora de la mañana del viernes, el Dr. Matthew Memoli, director interino de la agencia, advirtió a los empleados sobre “más cambios por delante” y dijo que tendrían “muchas oportunidades de demostrar nuestro valor al Secretario Kennedy en las próximas semanas y meses”.
Para los laboratorios de investigación estadounidenses, que en muchos casos pagan a sus empleados con subvenciones del NIH, los fallos en la financiación pueden empujar rápidamente a los científicos a desmantelar la infraestructura y la fuerza laboral que sustentan las líneas de experimentación.
Katie Witkiewitz, quien estudia tratamientos para trastornos por consumo de sustancias en la Universidad de Nuevo México, dijo que las brechas esperadas en la financiación ya significaban que tendría que despedir a un empleado en los próximos meses.
“Los NIH parecen estar paralizados”, dijo. “Las personas que están en el terreno haciendo el trabajo científico serán las primeras en irse, y esa devastación puede ocurrir simplemente con un retraso en la financiación”.
Las interrupciones han afectado a casi todas las áreas de la ciencia. Sólo esta semana, el NIH había programado unas 47 reuniones para expertos cuidadosamente seleccionados en diversos campos para evaluar las solicitudes de subvenciones, la primera etapa de un largo proceso de revisión. Pero 42 de esas reuniones fueron canceladas, lo que paralizó las propuestas para estudiar el cáncer de páncreas, la adicción, las lesiones cerebrales y la salud infantil.
En las últimas semanas también se han cancelado los paneles de revisión de alto nivel encargados de decidir si se recomiendan o no proyectos. Según una ley de 1972 , no se permite que ningún tipo de reunión de revisión se celebre sin anunciarse en el Registro Federal, una publicación del gobierno. Dichos avisos, que normalmente deben publicarse con al menos 15 días de antelación, no se han publicado en el registro desde el 21 de enero, el día después de la investidura del presidente Trump.
En mensajes a los científicos que forman parte de los paneles de revisión, que fueron revisados por The Times, los funcionarios del NIH dijeron que los avisos del registro federal habían dejado de actualizarse. Cualquier reunión que no se anunciara en el registro, dijeron, se estaba cancelando. (Algunas reuniones parecen haberse llevado a cabo porque habían sido anunciadas en el Registro Federal antes de que la administración Trump asumiera el cargo).
“Lo que está sucediendo es que básicamente están bloqueando el proceso, simplemente por medios administrativos y legales, en lugar de ordenar al personal que no otorgue subvenciones”, dijo Jeremy Berg, quien dirigió el Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales en el NIH durante ocho años y ahora trabaja como científico de datos y administrador en la Universidad de Pittsburgh.
El 21 de enero, en medio de esfuerzos más amplios por parte de la administración Trump para restringir las comunicaciones de las agencias federales de salud, la Dra. Dorothy Fink, entonces secretaria interina del HHS, ordenó a los empleados no enviar ningún anuncio al Registro Federal “hasta que haya sido revisado y aprobado por un designado presidencial”, según un memorando revisado por The Times.
Al final, pareció que se levantaron algunas partes de la pausa en las comunicaciones, pero las notificaciones de reuniones para The Federal Register permanecieron congeladas.
En una guía interna para el personal de los NIH publicada el 10 de febrero, a la que tuvo acceso The Times, la dirección de la agencia dijo que los anuncios de reuniones del registro federal “siguen en suspenso”. Por ese motivo, decía la guía, “esas reuniones se cancelarán día a día hasta que se reciban más instrucciones”.
Para aumentar la confusión, partes de las reuniones de los comités de revisión que antes estaban abiertas al público en aras de la transparencia ahora se han cerrado, según la guía. Como resultado, los comités de revisión se cancelaron en masa debido a que no se anunciaron a los miembros del público a quienes de todos modos se les prohibió asistir.
“Es algo kafkiano”, afirmó el Dr. Berg.
El cierre del comité de revisión es sólo un elemento de una reducción aparentemente más amplia de la financiación de la investigación biomédica. Los investigadores también han informado de retrasos en la entrega del dinero y de reducciones en las nuevas subvenciones concedidas.
La administración Trump buscó recortar los dólares de impuestos asignados a los costos generales de investigación, como el mantenimiento del laboratorio, un plan que permanece suspendido bajo la orden temporal de un juez federal.
Para agravar las dificultades en el NIH, se calcula que 1.200 empleados fueron despedidos como parte del plan de Trump de reducir la fuerza laboral federal. Esos despidos afectaron especialmente a sectores de la agencia, como el personal de gestión de subvenciones, que cambia de personal con más frecuencia y, por lo tanto, depende de empleados en período de prueba, dijeron ex funcionarios de la agencia.
El NIH está contra reloj para gastar los fondos asignados por el Congreso: cualquier dinero que no se libere antes de que finalice el año fiscal del gobierno federal en septiembre podría perderse, dijeron los científicos.
Además, los comités de revisión de subvenciones suelen reunirse sólo unas pocas veces al año, lo que agrava el efecto de las demoras recientes. Si las propuestas permanecen congeladas durante mucho tiempo, dijeron los investigadores, podrían perder la siguiente etapa de evaluación y permanecer en suspenso durante medio año.
“Esta crisis —y no exagero al llamarla crisis— ya ha consumido un ciclo de financiación”, dijo Carole LaBonne, bióloga de células madre de la Universidad Northwestern. “Pero si este bloqueo a la publicación en el registro continúa por mucho más tiempo, se tragará dos ciclos de financiación, y eso dejará a muchos laboratorios fuera de servicio”.
