Las tendencias reveladas por el informe anual de la Reserva Federal se hicieron eco de las de años anteriores, aunque mostraron cierta recuperación de los impactos causados por la pandemia de COVID-19, cuando los consumidores se mantuvieron alejados del contacto.
A medida que el número promedio de pagos mensuales aumentó a 46 el año pasado, frente a 39 en 2022 (y los 30 desde 2019), el número promedio de pagos en efectivo por mes se mantuvo estable en siete, incluso cuando el uso de tarjetas de crédito aumentó a 15 transacciones. , de 12 en 2022, y la elección de tarjetas de débito aumentó de 11 a 14, según el informe.
‘Esto sugiere que la demanda de efectivo de los consumidores puede haber alcanzado el ‘piso’ actual dado el impacto de la pandemia y las condiciones económicas posteriores’, dice el informe.
La preferencia por el efectivo se vio afectada por la edad, los ingresos del hogar y otros factores. Específicamente, los consumidores con ingresos familiares inferiores a 25.000 dólares utilizaron efectivo para el 32% de sus pagos, mientras que aquellos con ingresos superiores a 100.000 dólares lo utilizaron en aproximadamente el 11% de los casos, según el informe.
Mientras tanto, aquellos que tenían 55 años o más informaron haber usado efectivo el 22% del tiempo, mientras que aquellos entre 25 y 54 años lo utilizaron el 12% del tiempo y aquellos entre 18 y 24 años lo utilizaron el 14% del tiempo.
El aumento en el uso de tarjetas de crédito y débito cambió el año pasado cuando los consumidores volvieron a preferir las tarjetas de crédito a las de débito, un cambio con respecto a un mayor porcentaje de uso de tarjetas de débito durante los primeros dos años de la pandemia en 2020 y 2021.
Si bien los consumidores siguieron usando efectivo para realizar pagos, en 2023 mantuvieron menos efectivo que en 2022, según el informe de la Reserva Federal. Tenían 369 dólares, en promedio, el año pasado, frente a 418 dólares en 2022, incluso cuando los dólares en circulación aumentaron a 2,27 billones de dólares en octubre de 2023.
El creciente porcentaje de pagos en línea o remotos, que aumentó al 22% el año pasado desde el 19% en 2022, también tiene necesariamente un impacto en el porcentaje de transacciones en efectivo, dado que los dólares en papel no se pueden meter en la pantalla de una computadora.
Un informe de la consultora internacional McKinsey del año pasado mostró que el uso mundial del efectivo está disminuyendo a medida que los pagos digitales se vuelven más disponibles.
Ese impacto de las alternativas digitales también fue evidente en las estadísticas del informe de la Reserva Federal sobre el uso de pagos electrónicos para intercambios de persona a persona, donde los consumidores optaron por aplicaciones para dichos pagos la mitad del tiempo y efectivo el 42% del tiempo. No obstante, el uso de aplicaciones disminuyó el año pasado para esos pagos desde el 55% en 2022 y la elección del efectivo aumentó desde el 37%.