La decisión de Italia de retirarse de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China ha puesto de relieve la relación entre los dos países y llega en un momento incómodo para Beijing, un día antes de una cumbre que está celebrando con Europa.
Italia es el único miembro del Grupo de los Siete países ricos que se ha sumado a la iniciativa de infraestructura emblemática del presidente chino Xi Jinping. Este mes, se convirtió en uno de los cinco países a cuyos ciudadanos se les ha otorgado estatus sin visa para visitar China.
‘Para China, es ciertamente un desaire’, dijo Marc Julienne, jefe de investigación sobre China en el Instituto Francés de Relaciones Internacionales en París, señalando el hecho de que China acaba de celebrar el décimo aniversario de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI).
Ninguno de los países ha confirmado oficialmente la retirada de Italia, pero la noticia fue ampliamente difundida el miércoles por los medios de comunicación citando fuentes gubernamentales. Se cree que Italia presentó formalmente su plan hace unos días. Los socios de la BRI tienen la obligación de avisar con tres meses de antelación antes de una renovación automática de su membresía por cinco años y la de Italia vence en marzo.
La líder de derecha de Italia, la primera ministra Giorgia Meloni, no ha dudado en querer abandonar la membresía. Incluso antes de llegar al poder en octubre del año pasado, dijo que la decisión de Italia de unirse a la BRI en 2019 fue un ‘grave error’. El ministro de Asuntos Exteriores también se quejó en septiembre de que la BRI no había producido los resultados esperados.
Las entradas de la BRI son difíciles de deducir de las cifras de inversión, pero el creciente desequilibrio comercial entre China e Italia es revelador. Las exportaciones de Italia a China aumentaron solo un 19% a 17.300 millones de dólares entre 2019 y 2022, pero sus importaciones desde China aumentaron casi un 71% a 60.500 millones de dólares en el mismo período, según el Fondo Monetario Internacional.
‘Este es el último revés para Beijing en sus relaciones con Europa’, dijo Noah Barkin, analista de las relaciones entre Europa y China, radicado en Berlín, que trabaja para la empresa de investigación Rhodium Group y el grupo de expertos estadounidense German Marshall Fund.
Particularmente incómodo para Xi es que la noticia de la retirada de Italia llega un día antes de que Beijing organice la primera cumbre presencial entre la UE y China desde 2019. Europa ha estado tratando de reducir el riesgo y reducir la dependencia de las importaciones chinas, especialmente de aquellas que el bloque considera ser materias primas críticas.
Dados los puntos conflictivos existentes entre China y Europa sobre cuestiones geopolíticas, en particular las cálidas relaciones de Beijing con el presidente ruso Vladimir Putin, quien ha sido sancionado por Occidente por la guerra de Rusia con Ucrania, se espera que la reunión en Beijing sea ‘una cumbre helada, ‘ dijo Juliana. Europa quiere que China negocie el fin de la guerra, pero Beijing se ha negado a condenar a Putin.
Sin embargo, incluso cuando Europa busca distanciarse de China, los países individuales también se dan cuenta de que necesitan mantener relaciones viables con la segunda economía más grande del mundo. En la cumbre del G20 celebrada en Bali en septiembre, Meloni había dicho que la retirada de Italia de la BRI ‘no comprometería las relaciones con China’, sentando las bases para tal medida.
Italia asumirá la presidencia del G7 el próximo año, y Julienne dijo que Roma hizo un balance y se dio cuenta de que no había obtenido ‘ningún beneficio’, mientras que la relación se había vuelto ‘costosa para su imagen’.
Pero el principal problema sigue siendo la ‘enorme decepción dentro de la comunidad empresarial italiana’ por el hecho de que los proyectos chinos no se hayan ejecutado, explicó Philippe Le Corre, investigador principal del Centro de Análisis de China del Instituto de Política de la Sociedad Asiática en Estados Unidos.
‘Italia fue alguna vez, brevemente, un caso atípico, pero ya no lo es’, dijo Le Corre. Roma está ahora ‘en línea’ con la posición de Bruselas, que consiste en etiquetar a China como ‘un socio, un competidor y un rival sistémico’.
Por ahora, Beijing y sus portavoces Global Times y la Agencia de Noticias Xinhua aún no han hecho ningún comentario oficial. Pero en septiembre, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, elogió la fructífera relación con Italia en el marco de la BRI, tras una reunión con su homólogo italiano.
Los analistas dijeron, sin embargo, que Beijing podría reaccionar con moderación. ‘No le conviene reaccionar con demasiada vehemencia en este contexto’, afirmó Julienne.
Barkin tampoco espera represalias de Pekín contra Italia o la UE a corto plazo.
‘Dados los problemas económicos de China, es poco probable que entre en un ojo por ojo con Europa que pueda poner en peligro su acceso al mercado europeo y su atractivo para los inversores europeos’, dijo Barkin.
Pero otros dijeron que, a largo plazo, Italia sufrirá las frías relaciones con China.
‘La política de Italia de ir y venir con China no es buena desde el punto de vista chino… Beijing ahora se está centrando claramente en Alemania y Francia’, dijo Le Corre, quien añadió que la decisión de Italia, sin embargo, ayudará a Meloni en sus interacciones con el administración estadounidense.
El distanciamiento de Europa de China se interpreta en algunos sectores como resultado de la influencia de Washington, pero otros dicen que los aliados sólo están tratando de nivelar el campo de juego.
‘Espero que Beijing espere el momento oportuno con la esperanza de que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca desencadene una división transatlántica que haga que Europa sea más reacia al riesgo frente a China’, dijo Barkin.
Fuente: https://asia.nikkei.com/Spotlight/Belt-and-Road/Italy-s-Belt-and-Road-exit-shines-light-on-ties-ahead-of-EU-China-summit?utm_campaign=GL_one_time&utm_medium=email&utm_source=NA_newsletter&utm_content=article_link&del_type=3&pub_date=20231229150000&seq_num=3&si=MERGE__user_id__MERGE
