Pese a que el pasado 6 de diciembre, la Unión Europea (UE) y el Mercosur lograron avances sustanciales en un acuerdo comercial que se había venido negociando hace más de dos décadas de negociaciones, para Moody’s Ratings este llega en un momento de mayor riesgo de políticas comerciales proteccionistas tomando en cuenta que busca crear una zona de libre comercio que abarque más del 20% del PIB global y un mercado integrado de más de 700 millones de personas.
El acuerdo -afirma Moody’s- tiene que pasar ahora por un proceso de ratificación que requerirá la aprobación de 15 de los 27 estados miembros de la UE que representan el 65% de la población de la UE, junto con una mayoría simple en el Parlamento Europeo. Alternativamente, cuatro estados que representan al menos el 35% de la población de la UE pueden bloquearlo.
“Dado que ya hay pruebas de oposición al acuerdo por parte de Francia y del sector agrícola de la UE, están dadas las condiciones para lo que probablemente sea un proceso de ratificación prolongado y complejo. En 2019 fracasó un intento de ratificar un acuerdo similar, ya que los países de la UE dieron marcha atrás ante la fuerte oposición local, que incluía preocupaciones ambientales. En consecuencia, las condiciones políticas en Europa serán cruciales para determinar el resultado final, ya que es probable que desempeñen un papel importante cuando comience el proceso de ratificación. El ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay mencionó que el proceso de ratificación podría extenderse hasta 18 meses”, refiere Moody’s.
Según la calificadora de riesgo, desde la perspectiva del Mercosur, es particularmente relevante que el acuerdo incluya importantes reducciones arancelarias para los productos agrícolas. “Los países del Mercosur obtendrán una cuota de 99.000 toneladas de carne vacuna al año con una tasa arancelaria reducida del 7,5% y 180.000 toneladas adicionales de carne aviar con aranceles reducidos. Los productores de azúcar se beneficiarán de una cuota de 180.000 toneladas por año libre de impuestos, y el acuerdo incluye una cuota de 450.000 toneladas de etanol para uso industrial libre de impuestos, lo que favorece a la industria de biocombustibles en los países del Mercosur”, dice en un reporte.
Asimismo, Moody’s destaca que el acuerdo reducirá los aranceles a las exportaciones de soja, lo que podría beneficiar a Brasil y Argentina, las dos principales fuentes de importación de soja de la UE. “Estos productos agrícolas también estarán sujetos a altos estándares ambientales, ya que el acuerdo estipula que los productos no pueden estar involucrados en la deforestación”, apuntó la firma calificadora.
Por su lado, para la UE, el acuerdo eliminaría gradualmente los aranceles sobre más del 90% de las exportaciones a los países del Mercosur, lo que generaría un ahorro anual de más de US$ 4.000 millones. Este aspecto del acuerdo incluye la eliminación de los aranceles sobre productos manufacturados que se exportan de la UE al Mercosur, como autopartes (35%), maquinaria (20%), productos químicos (18%) y productos farmacéuticos (14%), lo que hace que los productos europeos sean más competitivos en estos mercados. El acuerdo también se alinea con los objetivos estratégicos de la UE de garantizar el acceso a materias primas críticas y apoyar su transición ecológica.
“Al abrir los mercados y reducir las barreras comerciales, el acuerdo representa un paso significativo hacia una integración económica más profunda entre las dos regiones. Una mayor apertura comercial debería tener un efecto positivo en el crecimiento y productividad, ya que mejora las perspectivas económicas a mediano plazo de los países del Mercosur. El momento en el que se llega a un acuerdo demuestra el interés de la UE y el Mercosur por fortalecer los lazos económicos y diversificar las asociaciones comerciales ante la creciente incertidumbre global derivada de un mayor riesgo de proteccionismo por parte de EE.UU.”, dice Moody’s.