Hoy en día, ningún evento de la industria parecería completo sin al menos un veredicto firme desde el podio de que el comercio electrónico será el motor del crecimiento de la carga aérea.
Si no está en el comercio electrónico, también puede bajar las contraventanas y retirarse.
En el escenario regional, tales predicciones han demostrado ser algo audaces. Los integradores han estado deshaciéndose de aviones a un ritmo vertiginoso, mientras que Amazon –el ejemplo del crecimiento desenfrenado de la red aérea– ha estado reduciendo su uso de aviones de carga.
De repente, la velocidad para llegar al consumidor ya no dependía del aprovechamiento de su red aérea, sino que se trasladó a los almacenes de Amazon que se están multiplicando por todo Estados Unidos.
Este cambio de estrategia se está desarrollando en una feroz guerra de precios entre Amazon, Walmart y Target, donde estos últimos están aprovechando su presencia minorista para acelerar las entregas a una fracción del costo del transporte aéreo.
¿El costo de transportar prendas de vestir por valor de 10 dólares desde China a América del Norte y Europa alcanzará de manera similar a Temu y Shein, quienes han sido la fuerza impulsora del crecimiento desenfrenado de la carga aérea?
Puede que lo haga a largo plazo, pero estas empresas tienen bolsillos lo suficientemente profundos como para seguir utilizando el transporte aéreo mientras poco a poco van aumentando sus capacidades de almacenamiento y carga marítima, del mismo modo que Amazon ha podido subsidiar sus actividades logísticas de comercio electrónico con el dinero. obtenidos de sus servicios web.
Se ha argumentado que no es sostenible acerca de la entrega gratuita y la entrega al día siguiente casi desde que existe el comercio electrónico.
Ahora hay una bola de demolición diferente que golpea el flujo del comercio electrónico, ya que las aduanas estadounidenses han tomado medidas drásticas contra los envíos de minimis.
Esta es sólo la salva inicial en este frente. Los legisladores se están volviendo cada vez más estridentes en su postura por varias razones, desde preocupaciones sobre drogas y contrabando hasta tácticas anticompetitivas como dividir envíos y declarar erróneamente el valor de los bienes.
Hay varias iniciativas legales ante el Congreso de Estados Unidos que buscan estrangular los flujos de minimis, sin mencionar las medidas regulatorias para abordar este tráfico desde el ángulo de las normas sobre trabajo forzoso.
Estados Unidos no está solo en eso. Los legisladores y gobiernos europeos de otros lugares se han alarmado cada vez más y están reflexionando o elaborando barreras legislativas para detener la marea del comercio electrónico.
Los próximos meses constituirán una prueba interesante para ver si estos acontecimientos pueden detener la marea de envíos aéreos de comercio electrónico.