Mientras la mayor parte del mundo centraba su atención en los avatares de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el Brexit o las elecciones estadounidenses como los principales riesgos que deberían capear los inversores a lo largo del presente año, un suceso improbable que podría dar al traste con todas las previsiones amenazaba con convertirse en uno de esos cisnes negros que trunque la marcha de la economía mundial.
El nuevo coronavirus que ha desatado una epidemia de neumonía mortal en China ha sido denominado como 2019-nCoV. Se trata de una nueva cepa de coronavirus que hasta el momento no se había identificado en humanos. Hasta el momento, las víctimas mortales ya suman 106 y los infectados ascendió a 4500. Más de 30.000 personas permanecen en observación, de las que 5.794 se sospecha que se hayan contagiado con el patógeno. Se ha extendido ya a una docena de países en todo el mundo, que acumulan cerca de cuarenta casos.
Para el coronavirus de Wuhan, por el momento no hay kits de detección rápida ni existe vacuna alguna para prevenir la infección. Su rápida expansión no solo pone en vilo a las autoridades sanitarias mundiales y gobiernos de todo el orbe, sino que también aumenta las preocupaciones sobre la posible interrupción de las cadenas de suministro mundiales, en particular de los productos farmacéuticos.
Los sistemas productivos en economías modernas están organizados en base a cadenas de suministros, las que incluyen procesos que van desde el diseño de productos a la distribución de estos al consumidor final. Las cadenas de suministro involucran a fabricantes, proveedores de materias primas, agentes logísticos y proveedores de tecnología, y basan su despliegue eficiente en la infraestructura de un país y su entorno de negocios.
Wuhan, ciudad donde se originó el brote del coronavirus, alberga alrededor de 500 fábricas y 11 millones de habitantes que se encuentran bajo llave, por una medida gubernamental de cuarentena con el propósito de frenar la expansión del virus. Ello trae como consecuencia que el lugar se haya convertido en una ciudad fantasma, y por tanta, la actividad socioeconómica que allí se desarrolla se encuentra detenida.
Además, el miedo y la incertidumbre que rodea un tema como este pone en tela de juicio los viajes hacia y desde la provincia china. Vuelos cancelados y puertos cerrados impiden la entrada de mercancías y dificultan más aún el desarrollo del comercio de la zona. Como parte de los esfuerzos para combatir la propagación del coronavirus, FedEx Express ha transportado un lote de suministros médicos a China que incluyen las máscaras N95, guantes médicos, gafas de plástico, toallitas desinfectantes y antibióticos.
China depende de su mercado interno para poder sostener su economía, afectada en los últimos tiempos por la guerra comercial. La administración de riesgo implica que cualquier empresa del sector que sea cuente con las certificaciones necesarias y correctas para la implementación de una logística adecuada que permita desplegar los recursos pertinentes ante la propagación de este tipo de crisis, que si bien es una emergencia sanitaria, afecta a todos los renglones de la sociedad.
México ante el coronavirus
En México, la secretaría de Salud emitió el pasado 10 de enero un aviso preventivo de viaje a China. Maricela Caleco Torres, especialista de la Upaep en trastornos respiratorios y del sueño, confirmó que hasta el 29 de enero no se ha confirmado ningún caso en el país y que tanto los hospitales del sistema público de salud como los privados cuentan con las instalaciones y la capacitación correspondiente para enfrentar este tipo de virus.
La Organización Mundial de la Salud reconoció que “ante la amenaza alta de epidemia de coronavirus”, México ha presentado una reacción inmediata. Por su parte, el vocero de México para coronavirus, José Luis Alomía Zegarra, Director General de Epidemiología de la Secretaría de Salud señaló que se espera que entre el 15 y el 25 por ciento de los casos que se pueden presentar en México, serían graves y necesitarían atención de urgencia y hospitalización; mientras que alrededor de un 85 por ciento se podrían tratar en el primer nivel de atención médica.
La Bolsa de Valores Mexicana cayó 2.2% este lunes 27 de enero para registrar su pérdida más pronunciada desde diciembre del 2018, en medio de los temores a que el brote de coronavirus pudiera afectar el crecimiento económico mundial. El peso mexicano también se contagia. En lo que respecta al tipo de cambio al mayoreo, éste terminó la jornada en 18.89 pesos por dólar, una depreciación de 0.29%, de acuerdo con datos del Banco de México.