Los proveedores de comercio electrónico de China están repensando su forma de hacer negocios después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, dijera que pronto cerraría una exención de impuestos que ha demostrado ser un salvavidas crucial para miles de pequeñas empresas exportadoras.
Trump anunció el fin de la llamada regla de minimis, que exime de aranceles y rigurosos controles aduaneros a los envíos de valor inferior a 800 dólares, en una orden ejecutiva el mes pasado.
Posteriormente, suspendió los esfuerzos para poner fin a la exención para los paquetes procedentes de China, pero Estados Unidos todavía planea detener el de minimis tan pronto como existan “sistemas adecuados” para examinar y gravar los millones de paquetes que llegan al país cada día.
Trump anunció el jueves otro arancel del 10 por ciento sobre los productos chinos, que se suma a los aranceles del 10 por ciento que impuso en febrero y que entrará en vigor a partir del lunes.
Las medidas combinadas han obligado a los vendedores chinos en plataformas de comercio electrónico transfronterizo (que habían adoptado rápidamente la forma de comercio libre de aranceles en los últimos años) a expandir la producción en Estados Unidos, buscar nuevos clientes en mercados alternativos o trasladar los costos a los consumidores.
“Los aranceles… reducirán definitivamente las ventas y la participación de mercado en Estados Unidos”, dijo Yarong Wuliu, ex subsecretario general de la división de comercio electrónico transfronterizo de la Asociación China para las Pequeñas y Medianas Empresas, respaldada por el Partido Comunista. “La industria del comercio electrónico debe estar preparada”.
Muchos comerciantes comenzaron a vender pedidos de pequeño valor en o a través de plataformas en línea después de que los aranceles y las restricciones comerciales iniciadas durante la primera presidencia de Trump afectaran los pedidos de los compradores tradicionales en los mercados occidentales.
El comercio electrónico transfronterizo creció más del 60 por ciento en los cuatro años hasta 2024, alcanzando un total de 2,63 billones de yuanes ese año. En 2023, representó casi el 6 por ciento de todo el comercio de bienes de China, dijeron las autoridades el año pasado.
Zhao Xiuxiu, jefe de una fábrica en el distrito productor de textiles de Baiyun en Guangzhou, que suministra productos a vendedores en plataformas como Shein durante los últimos cinco años, dijo que su negocio se centrará en el comercio tradicional de grandes envíos con sus clientes en África y Oriente Medio.
Las ventas ya se habían reducido a la mitad en la segunda mitad del año pasado, aproximadamente cuando el expresidente Joe Biden propuso por primera vez endurecer las reglas de minimis.
“Si hay aranceles, definitivamente es una mala noticia”, afirmó. “A partir del año pasado empezó a ser difícil y este año tampoco ha sido bueno”.
Las preocupaciones sobre una revisión de las reglas de minimis llevaron a Casetify, un fabricante de fundas para teléfonos con sede en Hong Kong que considera a Estados Unidos como su mercado más grande, a construir instalaciones de impresión en ese país el año pasado. “Casetify necesita actuar con rapidez, por lo que primero envía fundas en blanco en grandes cantidades a Estados Unidos y luego las imprime allí”, según una persona familiarizada con el asunto.
“Las líneas de producción no están funcionando a toda máquina como hace un año”, dijo Zhang Zhongbao, fundador de Xingcheng Excellent Swimwear Consultancy, que ayuda a Shein y a la plataforma rival Temu a conseguir proveedores de trajes de baño. “Las fábricas no se atreven a abastecerse debido a las preocupaciones por los aranceles estadounidenses”.
También se espera que los exportadores chinos intensifiquen sus esfuerzos para expandir la producción en países que tienen menos probabilidades de ser objeto de ataques de Trump, dijeron ejecutivos de logística.
Los comerciantes de comercio electrónico que “hasta ahora han estado operando grandes instalaciones de fabricación [y] distribución fuera de China hacia el resto del mundo [estaban] mucho antes de la discusión arancelaria” buscando aumentar la producción en otros lugares, dijo John Pearson, director ejecutivo de DHL Express, que ayuda a las empresas chinas a entregar sus productos. Ahora “han acelerado algunos de esos planes”.
Incluso con aranceles, muchos creen que sus productos seguirían siendo competitivos y que simplemente podrían trasladar cualquier costo adicional a los consumidores estadounidenses.
Huang, que prefiere usar un solo nombre y vende artículos de decoración para el hogar y adornos navideños en Temu, dijo que solo había aumentado los precios “ligeramente” después de la orden ejecutiva de Trump.
“Para nosotros, los vendedores particulares, un arancel sólo supone una ligera reducción de los márgenes de beneficio”, añadió. “Los consumidores se lo pueden permitir y no ha afectado a los pedidos”.
Los precios de los bienes en Temu que la propia compañía fija aumentaron un 42 por ciento después de la orden ejecutiva antes de caer cuando la medida se puso en pausa días después, según una encuesta de Goldman Sachs.
Liu, otro vendedor que pidió ser identificado por su apellido y que vende placas de circuitos a Estados Unidos y otros mercados en plataformas como Amazon y eBay, estuvo de acuerdo en que los consumidores soportarían la peor parte de los aumentos de costos, y sugirió que algún día los vendedores detallarían los derechos de aduana en las facturas por separado.
“Al final, los aranceles seguramente se trasladarán a los consumidores”, dijo.
