Mucho antes de que su nombre fuera ampliamente conocido, una joven empresaria se convirtió en una figura constante al lado de la entonces jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, a la que conocía desde su época como jefa delegacional en Tlalpan. Apenas llegaba a los 30 años, pero con carisma, inteligencia y contactos, acercó a la ahora primera presidenta de México al mundo empresarial y se volvió pilar en su equipo de campaña.
Hoy, Altagracia Gómez es la empresaria más relevante del país porque se ha convertido, según sus palabras, en una aliada de la iniciativa privada de cara al nuevo gobierno. No se asume como una voz disidente, pues las oposiciones políticas no son terreno suyo ni deberían serlo de otros en la iniciativa privada, asegura. Sin embargo, su figura crece y en momentos en los que el nearshoring pretende ser un motor del crecimiento, hablar con una de las principales responsables de que ocurra es fundamental. Platicamos con ella poco antes del inicio del nuevo gobierno.
Expansión: Decir que eres solo empresaria en estos momentos es quedarse corto en el rol que has asumido. ¿Cómo describirías tu función en el equipo de la nueva administración?
Altagracia Gómez: Empezaría distinguiendo que yo no soy parte ni del gobierno ni del gabinete ni de la próxima administración. La creación del Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización de Empresas es una función de aliada entre empresarios, universidades y gobierno para aterrizar los mejores planes de política industrial.
E: ¿Cuál ha sido tu aportación a lo largo de la campaña y en el proceso de transición?
AG: En campaña, coordiné la mesa de diálogos por la transformación de desarrollo económico regional y relocalización, que tiene un nombre muy similar al consejo. Tenía dos funciones: escuchar a quienes se hubiesen sentido invisibilizados o perjudicados, tanto en narrativa o en acciones, por algunas propuestas de la administración presente o del partido. Y, segundo, y más importante, la creación de lo que ahora va a ser un plan en conjunto con las otras 11 coordinaciones para el desarrollo.
E: ¿Eres la voz y oídos de los empresarios?
AG: Los empresarios tienen voz y tienen quien los escuche dentro del gobierno. En todo caso, serían manos, yo soy una aliada para hacer cosas.
E: ¿Qué responsabilidades tendrás?
AG: Se va a detallar en octubre, cuando se cree el consejo, pero consideramos que la relación entre el gobierno y la iniciativa privada debe abarcar varios temas. Uno es lo estratégico, para los corredores industriales, los polos de desarrollo, las inversiones de nearshoring, ver que se aterricen bien. El segundo son las coyunturas: ¿cómo se puede dar un acuerdo para resolver un tema en particular? Y lo otro son los temas especiales, como la revisión del T-MEC.
E: Tradicionalmente, la relación con los empresarios la ha llevado la Secretaría de Economía, a cargo de Marcelo Ebrard, ¿ya definieron los roles que tendrá cada uno?
AG: El secretario de Economía es Marcelo, y Marcelo es el representante de gobierno frente a empresarios. Yo no soy una representante de gobierno, si bien sirvo de interlocución, tengo una función de asesoría, de proposición, de cercanía, no soy el canal oficial de comunicación, ese seguirá siendo Economía.
E: ¿Cómo es tu relación con Marcelo Ebrard?
AG: Muy buena, muy buena, lo conozco desde hace mucho. Hemos estado en comunicación constante, viendo los retos que hay, las posibles soluciones, y detallando los planes para cada uno de los sectores y para cada uno de los corredores.
E: ¿Son compatibles ambas funciones?
AG: Son compatibles porque son complementarias. Otra vez, Secretaría de Economía tiene funciones muy específicas y tiene problemas y soluciones, que se dan en el día a día, a los que yo soy completamente ajena. Habrá coordinación, no solo con Marcelo, también con Energía, con Semarnat, también con Pepe Merino en digitalización y simplificación, que es una de las grandes apuestas para detonar inversiones.
E: Hablas de ser una voz complementaria. ¿También serás una voz disidente en las decisiones del gobierno?
AG: Lo he dicho, y no por la cercanía con la doctora Sheinbaum, pero siempre he pensado que los empresarios no deben asumir un rol de oposición política. Creo que, decididamente, puedes opinar cuando las cosas te parecen bien, cuando te parecen mal y, sobre todo, cómo propones que se hagan mejor en beneficio de todos. Pero considero que los partidos opositores son quienes deben llevar la oposición política, los empresarios están para resolver problemas, necesidades, no para formar, creo yo, oposiciones políticas.
E: ¿Y en las que no convengan?
AG: Hemos tenido un gran intercambio de lo que conviene y lo que no. Y también tenemos un claro entendimiento de que quien decide es la presidenta, ella fue electa seis años, ella es la que lleva la responsabilidad de las consecuencias, positivas o negativas. Y nosotros estaremos para apoyar en todo lo que sirva al país.
E: ¿Encaja bien el gobierno cuando le dicen “no”?
AG: Históricamente, a veces ha encajado bien, a veces no ha encajado bien. Creo que depende del emisor, del mensaje, del receptor y la forma. Si sabes justificar tu postura y evidenciar las consecuencias de buenas o malas decisiones, las cosas fluyen. El de la doctora Sheinbaum es un perfil científico, es un perfil de datos. Sí es un perfil que escucha.
E: ¿Existe el riesgo de que tu posición tenga el mismo destino de lo que ocurrió con Alfonso Romo?
AG: Los riesgos siempre existen, pero no considero que sea lo mismo porque Poncho sí se hizo funcionario público, él sí entró al gabinete. Los perfiles son muy distintos, tanto del presidente Andrés Manuel y el de Poncho, que es un gran empresario y un gran mexicano e hizo lo mejor que pudo. Yo no entro a un alto nivel político ni con la tarea del cumplimiento de objetivos de gobierno o de partido. Son temas de política industrial, de inversión, desarrollo económico regional. Pero puede pasar y tampoco hay que tenerle miedo al fracaso.
E: Hubo un momento en el que Romo se encargaba prácticamente todos los días de interpretar lo que decía el presidente en la mañana con los empresarios y los inversionistas. Trataba de calmar los nervios, ¿te ves jugando ese rol?
AG: No creo que sea para nada necesario. Creo que, por una parte, la doctora hizo un equipazo. No sé si coincido en que él interpretaba, pero suponiendo que lo hiciera, yo creo que este gobierno no necesita intérpretes. Creo que la doctora también tiene una forma de ser que es superclara y, en ese sentido, no considero que vaya a haber un rol de intérprete en ningún caso.
E: ¿Te interesa o te ha interesado una posición política?
AG: No, no, no, las personas saben que yo estoy feliz presidiendo mis empresas y era importante que permaneciéramos fuera de gobierno, en el ámbito privado, para evitar algún tema de percepciones de conflictos de intereses.
E: Sobre esto último, ¿cómo mantener a raya los potenciales conflictos de intereses como empresaria, pero también con esta posición y con la cercanía al poder?
AG: La cercanía per se no genera un conflicto de intereses. Y yo tampoco estoy en posibilidad de decidir, que lo que genera el conflicto es cuando puedes decidir en favor de tu causa personal por encima de la causa pública. Yo estoy en una posición de aconsejar. También me parece que se juzga hipócritamente a los empresarios, ¿por qué va a tener más conflicto de intereses un empresario que aconseja en temas económicos que un doctor que aconseja en temas de salud o un abogado que sea consejero jurídico?
E: ¿Ves así un rol más activo de los empresarios entonces?
AG: Habrá una fuerte vinculación entre los objetivos que se plantean en el país para elevar contenido nacional, para desarrollar productividades locales, para apoyar a las pymes. Muchas de estas cosas son las que podrían hacer un cambio real en el país y se requiere a los empresarios.
Una visión optimista
Un día antes de esta entrevista, a principios de septiembre, Altagracia Gómez estuvo en Nueva York, donde afirmó que quienes han apostado en contra de México históricamente han perdido dinero. Ella dice que muchos medios la sacaron de contexto, pero refuerza que, sin importar el panorama, es imperativo creer en el país. En ese momento aún no se aprobaba la reforma judicial, que ha trastocado el entorno con el que llega el nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum, y detuvo planes de muchas empresas ante los cambios. El peso ha caído, inversiones se han parado, hay alarma internacional y, aun así, ella asegura que a los buenos empresarios los caracteriza el optimismo.
E: Desde aquella noche que Claudia Sheinbaum ganó la elección mucho ha cambiado. Se espera un menor crecimiento económico. Donald Trump amenaza con volver a la Casa Blanca y Kamala Harris también habla de aranceles. La reforma judicial podría también castigar mucho el ánimo en el país. ¿Sigues confiando en el plan de la presidenta?
AG: Sí, claro. Un buen plan solo es bueno si está a prueba de los momentos difíciles, no solo de los momentos fáciles. Las características del mundo cambian y cambian constantemente. Si viene una desaceleración en Estados Unidos, si hay preocupaciones en términos de inflación o de política monetaria, si no se estimó que iba a haber mayoría calificada, simplemente hay un cambio y eso genera incertidumbre, aunque hasta cierto punto era esperado. Si bien es cierto que el plan es bueno, también lo es que ante un escenario de incertidumbre, como es el que hay en estos meses, hay menos margen para equivocarse.
E: ¿Por dónde va a comenzarla relación entre empresarios y gobierno?
AG: Seguramente [Sheinbaum] tendrá alguna reunión con cámaras y asociaciones, porque reconocemos la labor que hacen, con ellas estuvimos trabajando durante la campaña, y tendrán un espacio de interlocución. Y seguramente otra vez Marcelo estará planteando las prioridades del gobierno de México para que a la economía le vaya muy bien.
E: La incertidumbre política interna ya es la principal preocupación de los empresarios, ¿qué le transmites a la presidenta en torno al nerviosismo que hay?
AG: Siempre he creído que es más importante transmitir las propuestas que los sentimientos, porque estos son muy volubles. A la administración se le deben hacer llegar las propuestas concretas de mejora o de atención a preocupaciones y prioridades específicas de los empresarios. Se están haciendo grupos de trabajo, tanto para explicar cómo van a funcionar ciertas reformas, como para trabajar en conjunto posibles mejoras.
E: Te vas a encargar de impulsar los polos de desarrollo que propuso la presidenta y del tema del nearshoring. ¿Crees que en el entorno en el que estamos, con la falta de seguridad, agua, energía, ahora la reforma judicial, sigue siendo atractivo el país para las inversiones?
AG: Lo dije en Nueva York, y creo que algunos me sacaron de contexto, pero, históricamente, quien apuesta en contra de México ha perdido mucho dinero. Lo vimos en 2018, cuando hubo un cambio de gobierno y algunos decidieron ir a comprar dólares por miedos infundados. Las sugerencias que yo les hice a los empresarios, son dos: una es que como mexicanos siempre tienes que apostar a tu país. El tema de la seguridad no es nuevo. El tema del agua tampoco es nuevo. En ese sentido, quién mejor que los empresarios mexicanos, que son el 82% de la inversión en el país, para enfrentarlos. Y, por otra parte, está el nearshoring, la inversión extranjera directa, que ha roto récords, año con año.
E: ¿De verdad existe el nearshoring pese a que la mayoría de la inversión registrada son reinversiones y no es nueva?
AG: Sí, claro. Yo te lo digo en mis empresas, de los últimos dos años para acá, son crecimientos de entre el 50 y el 60% y mucho es por sustitución de proveedores de Asia a México. Para las empresas que estén bien capitalizadas y bien capacitadas, porque sí se requiere invertir en maquinarias y personal, es una grandísima oportunidad.
E: Pero hay casos en contra: Tesla detuvo su inversión y vemos otras empresas que también están esperando a ver cómo avanza la reforma judicial y la elección en EU.
AG: Las inversiones son reactivas al entorno, eso es natural. Los años de elecciones sabemos que son, en general, de menos inversión. Sí, es un año de elecciones, tanto en Estados Unidos como en México, y ambos candidatos a la Casa Blanca tienen políticas proteccionistas, pero son políticas que, cabe mencionar, nos han beneficiado en el pasado. El hecho de incorporar, por ejemplo, que el 75% de los componentes del automotriz tenga que ser de la región, pues eso te ayuda a desarrollar proveedores nacionales.
E: Tienes una visión demasiado optimista, ¿no?
AG: El empresario tiene la obligación de ser optimista. El inversionista tiene la obligación de ser realista.
E: ¿Y el resto de los empresarios saben que deben tener optimismo?
AG: Yo creo que los buenos empresarios lo saben. Y otra vez, también creo que los buenos empresarios están acostumbrados a que las cosas salgan bien, pero, sobre todo, a actuar cuando las cosas salen bien.
E: ¿Ya sabes quiénes van a conformar el Consejo de Empresarios? ¿Perfiles que nos puedas comentar?
AG: No, eso se tiene que esperar, pero va a haber representatividad de los sectores más importantes, de las distintas regiones del país y, desde luego, de género.
E: El tema de regiones es importante porque tú no eres precisamente una empresaria tradicional, ni siquiera en el sentido regional, ¿se han sentido omitidos o vaya, perdóname la palabra, ‘peluseados’ los empresarios de provincia?
AG: Yo nunca me he sentido ‘peluseada’, pero sí creo que somos más invisibilizados, esa es la mejor palabra. Sí creo que son más invisibilizados los empresarios que, por una parte, no están en la Ciudad de México y que por otra, por decisión o por preferencia, no participan activamente en cámaras, en asociaciones, y que son reales generadores de riqueza.
La relación con los empresarios
Que una mujer joven haya tomado la batuta de la comunicación con el gobierno, donde antes predominaban hombres de mediana edad, ha sido un cambio profundo de paradigma en el ecosistema empresarial. Altagracia Gómez será, por tiempo indefinido, una de las voces más importantes y sus decisiones moldearán la política industrial de México por los años venideros. Es tajante al reafirmar que no es parte del gabinete, pero, hacia afuera, todos saben el lugar que realmente ocupa.
E: ¿Cómo han tomado personajes y organizaciones que tradicionalmente tenían la línea de comunicación con las administraciones tu rol y tu cercanía con la presidenta? Hablo del CCE y organismos similares.
AG: Yo creo que no pierden relevancia, porque la función sigue siendo distinta. La función de este consejo es una concepción de desarrollo regional, relocalizaciones, es impulsar una visión de país. La de ellos, otra vez, pues es poner en la agenda pública ciertas problemáticas sectoriales que son muy importantes. Hemos trabajado y seguimos trabajando con todos muy de cerca. Saben que además yo no soy el único canal para dirigirse a autoridades de gobierno y saben que tienen las puertas abiertas con las distintas dependencias para tratar sus temas.
E: ¿No hay celos?
AG: Yo creo que no, estamos todos muy grandes.
E: ¿Dijo alguien de treinta y qué?
AG: 32.
E: ¿Habrá política industrial planteada de la mano de los empresarios como ocurría antes?
AG: No sé si como ocurría antes, porque se está pensando en hacer un planteamiento que hace mucho tiempo no había. Famosamente, un secretario de Economía dijo que la mejor política industrial es no tener política industrial. Pero sí va a haber política industrial y se hará de la mano de los empresarios. Se está haciendo de la mano de los empresarios.
E: ¿En qué sectores ves más ánimo?
AG: Bueno, los cinco del diálogo de alto nivel con Estados Unidos y Canadá: semiconductores, electrónicos, farmacéutica y dispositivos médicos, agroindustria y automotriz, y electromovilidad. Pero luego hay otros como turismo, ahí viene el mundial en 2026.
E: Pero tenemos todo, menos un buen equipo…
AG: Ah, bueno, pero tienes dos años para tenerlo. Y también hay ánimo en la industria química y en la textil. También lo hay en la industria de la construcción en sus dos acepciones: vivienda e infraestructura y, desde luego, transición energética. La doctora Sheinbaum ha dicho que decididamente irá hacia la transición energética.
E: Arrancamos esta entrevista, tratando de entender tu rol en la siguiente administración, en una palabra, ¿cómo lo definirías?
AG: Pues la palabra es coordinadora, soy coordinadora del consejo y soy asesora. Yo te diría que soy aliada, seré aliada de los empresarios y seré aliada de la política industrial.
E: ¿Un puente?
AG: Puede ser un puente, pero los puentes solo sirven cuando los cruces. Y esto es más un tema de ponerse a trabajar.
Fuente: https://expansion.mx/empresas/2024/10/15/altagracia-gomez-entrevista-gobierno-claudia-sheinbaum