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Ecología y SAT: Medidas regulatorias al e-commerce podrían favorecer indirectamente al medio ambiente al promover prendas más duraderas y generar menos desechos

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La industria del fast fashion enfrenta un desafío crucial en su lucha por reducir los residuos en medio de crecientes preocupaciones por el cambio climático. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), cada segundo se quema o se entierra en vertederos un camión de basura lleno de ropa, una estadística alarmante que subraya la urgencia de reevaluar los modelos de negocio de este sector.

Desde hace más de una década, el nivel creciente de desechos textiles ha puesto en entredicho la sostenibilidad de las prácticas de las empresas de moda rápida. Aunque la ropa y el calzado son necesidades básicas, la cantidad de prendas desechadas no muestra signos de disminuir. En promedio, una prenda de vestir se utiliza solo siete veces antes de ser descartada, una cifra que ha disminuido más del 35% en los últimos 15 años, según el PNUMA.

Las marcas de fast fashion son señaladas como principales contribuyentes al problema debido a sus modelos de negocio que promueven el consumo masivo a través de la producción constante de nuevas colecciones.

Shein, un gigante del e-commerce con sede en Singapur, ha sido destacado por agregar 2,000 artículos nuevos a su plataforma cada día, muchos de los cuales están hechos de materiales sintéticos no biodegradables. Esta práctica, junto con las emisiones generadas por la distribución global de sus productos, ha colocado a Shein en el centro de la crítica ambiental.

En respuesta a las crecientes preocupaciones, el presidente ejecutivo de Shein, Donald Tang, ha señalado que la empresa ofrece opciones de prendas de mayor calidad, aunque a precios más altos que los que le dieron popularidad.

Otras compañías como Grupo Inditex y H&M también están tomando medidas. H&M, por ejemplo, ha implementado un programa de recolección de prendas usadas en México, ofreciendo bonos a los clientes para futuras compras. Además, su informe de sustentabilidad indica que 85% de sus materiales son reciclados o de origen sostenible, con el objetivo de alcanzar 100% para 2030.

C&A México ha adoptado prácticas similares, implementando métodos de producción más eficientes en el uso de recursos y fabricando prendas con materiales reciclados. Frinee Cano, líder en sustentabilidad de C&A, destacó que 45% de sus prendas están hechas con materiales sostenibles y que para algunas colecciones utilizan tintes naturales.

“En la fabricación de nuestras prendas de mezclilla, utilizamos el método Bio-Wash, lo que nos permite ahorrar hasta 60% de agua en el acabado, en comparación con los procesos tradicionales”, explicó Cano en un correo electrónico.

Además, en sus colecciones elaboradas con textiles reciclados incluyen piezas hechas de poliéster reciclado de botellas de plástico, lo que disminuye el uso de materias primas vírgenes. Entre estas iniciativas, C&A se asegura de que la viscosa —un tejido producido a partir de celulosa de madera o plantas— no provenga de bosques en peligro de extinción.

“Aplicamos métodos de producción sustentable a todas nuestras colecciones. El 45% de nuestras prendas están hechas con materiales sostenibles y nueve de cada diez se crean con el procedimiento de Bio-Wash”, añadió Cano.

La empresa también emplea tintes naturales para teñir algunas camisetas y tiene un programa para recibir ropa usada de sus clientes. En 2023, la empresa, perteneciente a Grupo Alfar, recolectó 25.3 toneladas de prendas, cuatro veces más que el año anterior.

Una moda circular

A pesar de estos esfuerzos, la realidad es que la industria de la moda contribuye entre 2% y 8% de las emisiones globales de carbono y es responsable del segundo mayor contaminante del agua debido al teñido de textiles.

La Fundación Ellen MacArthur sostiene que los modelos de negocio circulares en la moda, que permiten a las empresas generar ingresos sin fabricar ropa nueva, representan una oportunidad significativa para un crecimiento más sostenible en la industria.

Para evitar que la moda sea una gran enemiga del medio ambiente, los modelos de negocio que incluyen la reventa, el alquiler, las reparaciones y la reelaboración pueden reducir considerablemente las emisiones de gases de efecto invernadero y alcanzar un valor de 700,000 millones de dólares en 2030, representando 23% del mercado mundial de la moda.

César Pinado, managing partner de la consultora ERM en el norte de Latinoamérica y el Caribe, reconoce que la industria está avanzando en sostenibilidad. Sin embargo, dado que su impacto en las emisiones de carbono es inferior a 10%, es comprensible que sectores con un impacto mayor, como el petróleo, hayan avanzado más rápido en la definición y establecimiento de objetivos de descarbonización.

Según el especialista de la consultora mundial de sostenibilidad, es imperativo reforzar acciones en varios puntos clave, como mejorar la cadena de suministro para que cumpla con los estándares de sustentabilidad, aunque este no es el único aspecto a afinar.

“Hay temas muy importantes relacionados con los derechos humanos, el trabajo infantil, la esclavitud moderna, la seguridad y la salud, la discriminación y los salarios justos. Estos temas también deben ser considerados y es necesario trabajar con la cadena de suministro para minimizarlos”, afirma en una videollamada.

Ropa de segunda mano: un nuevo negocio

Comprar ropa, zapatos y accesorios de segunda mano también está de moda. Cada vez más personas acuden a tianguis o tiendas especializadas en restaurar y comercializar estas prendas, dándoles una segunda o incluso tercera vida. Este es un negocio prometedor: el mercado mundial de la moda de segunda mano casi se duplicará para 2027, alcanzando un valor de 350,000 millones de dólares, comparado con los 9,000 millones de 2018, según un estudio de ThredUp 2023 elaborado por Go Trendier.

César Pinado considera que la industria está avanzando en el desarrollo de estrategias y modelos circulares y subraya la importancia de fomentar el reuso de productos. Por ejemplo, marcas de lujo como Gucci y Alexander McQueen cuentan con programas para autenticar sus prendas y accesorios, permitiendo su reventa certificada, acciones que impactan positivamente en la reducción de residuos. No obstante, el foco para lograr una circularidad eficiente debe estar desde el diseño inicial de la prenda.

“Se trata de diseñar productos que desde el principio minimicen los impactos y, por supuesto, la generación de residuos. Esto se realiza a través del análisis de ciclo de vida, que evalúa el impacto potencial de un producto, desde su producción hasta su disposición final”, explica el especialista.

Fuente: https://expansion.mx/empresas/2024/05/31/empresas-vs-cambio-climatico-el-fast-fashion-y-la-reduccion-de-residuos

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