El enfrentamiento entre Silicon Valley y Bruselas entra en una nueva fase
SLa relación entre el Silicon Valley y la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE , es tensa. Los reguladores de Bruselas culpan a los gigantes tecnológicos estadounidenses de todo, desde los problemas de las empresas emergentes europeas hasta la depresión adolescente. Las empresas tecnológicas estadounidenses se quejan de que los europeos envidiosos las tienen en la mira. Ahora, después de años de acritud, es posible una distensión. El 1 de diciembre asumió el cargo una nueva comisión.
La comisión anterior vigilaba a los gigantes tecnológicos estadounidenses de diversas maneras. Bloqueó adquisiciones que consideraba anticompetitivas, como el intento de Amazon de comprar iRobot, un fabricante de aspiradoras robotizadas. Y presentó una serie de nuevas leyes, incluida la Ley de Servicios Digitales ( DSA ), para regular las redes sociales, la Ley de Mercados Digitales ( DMA ), para evitar que las empresas tecnológicas compitan deslealmente, y la Ley de Inteligencia Artificial, para regular el uso de la tecnología emergente. Los infractores pueden ser sancionados con multas que, en el caso de la DMA , pueden alcanzar una décima parte o más de los ingresos globales de la empresa.
La nueva comisión podría hacer más de lo mismo. La finlandesa Henna Virkkunen ha sido nombrada responsable de la tecnología. Los miembros de su equipo dicen que esperan continuidad, aunque el énfasis puede pasar de redactar nuevas leyes a hacer cumplir las existentes. Controlar a las grandes tecnológicas todavía parece popular entre los votantes.
Sin embargo, las circunstancias cambiantes pueden requerir un nuevo enfoque. Una diferencia es que el crecimiento económico ha vuelto a ser el centro de atención. El año pasado, Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión que regresaba, le pidió a Mario Draghi, ex director del Banco Central Europeo, que escribiera un informe sobre la menguante competitividad del continente. El volumen resultante señaló la debilidad de Europa en tecnología como una de las causas de sus problemas. Algunas recomendaciones que también podrían beneficiar a los gigantes tecnológicos estadounidenses, como la reducción de la burocracia y el impulso del acceso a la infraestructura en la nube para las empresas emergentes de Europa, se mencionaron en las instrucciones que la Sra. von der Leyen dio a los nuevos comisarios.
Aún más importante es la reelección de Donald Trump, que puede limitar el grado en que la comisión puede golpear a las empresas tecnológicas estadounidenses. La administración Biden compartía la cautela de los eurócratas hacia los gigantes de Silicon Valley. Eso permitió un nivel “maravilloso” de cooperación, como dice un funcionario de la UE , lo que facilitó al bloque multar e investigar a las empresas tecnológicas. Hacer eso con Trump será más difícil y puede generar represalias. En octubre, Tim Cook, el jefe de Apple, supuestamente llamó a Trump y se quejó de las multas de la UE , a lo que Trump respondió que no permitiría que Europa “se aproveche de nuestras empresas”. Durante su primer mandato, Trump se apresuró a proponer aranceles a los productos franceses, desde los bolsos hasta el champán, en respuesta a una propuesta de nuevo impuesto a los servicios digitales, antes de que se acordara una tregua.
Trump podría mostrarse aún más combativo esta vez. Un punto álgido será la investigación de la comisión sobre X, un sitio de redes sociales dirigido por Elon Musk, ahora amigo del presidente electo. X supuestamente no cumplió con una serie de reglas de la DSA , como proporcionar acceso a los datos a los investigadores. Es probable que se tome una decisión el próximo año y podría resultar en una multa de hasta el 6% de los ingresos globales de la empresa. En septiembre, JD Vance, el vicepresidente entrante, pareció sugerir que Estados Unidos debería retirar su apoyo a la OTAN en represalia por la acción europea contra X. “El poder [militar] estadounidense viene con ciertas condiciones”, advirtió.
Por lo tanto, hay motivos para que Silicon Valley espere un respiro de Bruselas, pero sigue habiendo mucha incertidumbre. Algunos dentro de las grandes tecnológicas temen que Europa pueda intentar inclinar la balanza a favor de las empresas locales. Otros sospechan que la UE sólo está apoyando de palabra una agenda pro crecimiento. La nueva comisión puede terminar siendo más benévola con los gigantes tecnológicos estadounidenses, pero los jefes no están descorchando el champán todavía, aunque, por ahora, todavía esté libre de aranceles.
