Uno de los canales comerciales clave de Rusia con China enfrenta serios obstáculos. Esto es resultado de las cargas derivadas de la economía rusa impulsada por la guerra, que han provocado una gran desaceleración en la industria ferroviaria del país, un medio vital de comercio entre Moscú y Beijing.
La industria ferroviaria de Rusia se encuentra en su peor desaceleración desde la Gran Crisis Financiera, y la tendencia bajista “sigue siendo fuerte”, según un análisis de la firma de investigación rusa MMI Research.
El volumen de carga transportada por Russian Railways, el sistema ferroviario estatal de Rusia, cayó un 5 por ciento en los primeros 11 meses de 2024 en comparación con el mismo período del año pasado, según datos de MMI citados por Bloomberg.
La desaceleración se debe en parte a la necesidad de Rusia de enviar materiales relacionados con la guerra, lo que ha empeorado los cuellos de botella en el suministro y desacelerado el comercio de materias primas clave, como el carbón y el aluminio, informó el medio.
La inversión en los ferrocarriles rusos también se está recortando, en parte debido a las altas tasas de interés en el país, según un informe de la agencia de noticias estatal Tass.
Russian Railways dijo que destinaría sólo 890 mil millones de rublos (8,5 mil millones de dólares) para su programa de inversión el próximo año, un recorte del 30 por ciento de la inversión en 2024, informó Tass.
La empresa está considerando si debería reducir la inversión en otro tercio hasta el final de la década, informó el medio de comunicación ruso Kommersant. Russian Railways no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios de Business Insider.
Los cambios significan malas noticias para el comercio de Rusia con China, que se ha apoyado en el transporte ferroviario en medio de sanciones occidentales. Rusia invirtió miles de millones en sus ferrocarriles a principios de este año, en parte para dar cabida a su creciente comercio con China.
Los cambios también hablan de los crecientes costos de la guerra de Rusia contra Ucrania, que han producido innumerables problemas económicos para Moscú.
El banco central de Rusia elevó las tasas de interés a un récord del 21 por ciento a principios de este año en un esfuerzo por reducir la altísima inflación.
El banco mantuvo las tasas de interés niveladas en su decisión política de la semana pasada, debido a las preocupaciones sobre un “enfriamiento excesivo” de la economía rusa en tiempos de guerra, según el principal banquero central del país.