La industria de la aviación está luchando contra una desconexión masiva. La demanda es sólida. Si bien los viajes aéreos siguen aumentando, el tráfico de carga aérea ha mostrado una fortaleza inesperada, con aumentos interanuales de dos dígitos en las toneladas-kilómetro de carga (CTK) y una marejada de comercio electrónico que devora la capacidad.
El lado de la oferta está sumido en una maraña de problemas. La producción de aviones se ve obstaculizada por problemas en la cadena de suministro que meses de esfuerzos no han podido resolver, uno de los dos grandes fabricantes va a paso de tortuga (Boeing está produciendo B737 y 787 a precios reducidos y no ha construido un 777 de pasajeros en dos años), y los fabricantes de motores no pueden satisfacer la demanda.
Boeing no entregó ningún carguero 777 durante el primer trimestre, a pesar de producir seis sólo en marzo. A mediados de abril tenía 11 777F en sus instalaciones de Everett esperando motores de GE.
Mientras tanto, los problemas con el motor GTF de Pratt & Whitney han afectado a decenas de aerolíneas y empresas de arrendamiento y mantendrán ocupadas las instalaciones de mantenimiento durante mucho tiempo.
No hace falta decir que los proveedores de mantenimiento se ven obstaculizados por la escasez de ingenieros aeronáuticos. También hay una grave escasez de controladores de tráfico aéreo, lo que llevó a Airlines for America a pedir en abril a la Administración Federal de Aviación (FAA) que concediera a las aerolíneas otro año de reducciones voluntarias de vuelos en algunos de los aeropuertos más congestionados de Estados Unidos.
La situación no es mucho mejor en lo que respecta al escenario regulatorio, al menos en lo que respecta a la FAA. La escasez de personal fue una de las razones por las que el regulador delegó muchas de las funciones de supervisión en la producción de aviones a Boeing.
Con problemas evidentes en la cultura de seguridad del fabricante de aviones, la FAA ahora tiene que asignar muchos inspectores para un escrutinio exhaustivo de los procesos en Boeing. No hay duda de que la agencia será meticulosa en este esfuerzo y evitará minuciosamente cualquier error, para que no sea acusada de supervisión laxa.
Sería sorprendente que la FAA mostrara un mayor ritmo en la certificación de nuevos aviones. Nadie está haciendo apuestas en este momento sobre cuánto tiempo le tomará al B777X obtener luz verde para operaciones comerciales.
¿Cuánto espacio deja esto para que el personal de la FAA avance en la certificación de vuelos no tripulados? El desarrollo de la tecnología de drones y aviones no tripulados ha avanzado mucho durante el año pasado, pero ¿cuánto tiempo llevará obtener la autorización para ello?