La detección temprana de un brote puede ayudar a salvar vidas. A finales de diciembre del 2019, un algoritmo desarrollado por una start up canadiense, BlueDot, especializada en monitorizar la dispersión de enfermedades infecciosas ya había descubierto el brote y avisado de la noticia a sus clientes sobre una misteriosa cepa de neumonía en la ciudad de Wuhan.
El sistema, que revisa 100,000 artículos y publicaciones en línea diariamente en 65 idiomas, luego de analizar bases de datos de miles de millones de itinerarios de pasajeros de distintas aerolíneas, pudo determinar casi instantáneamente qué ciudades en todo el mundo estaban en mayor riesgo si se extendía la misteriosa enfermedad.
Cuando China inició su respuesta al virus, se apoyó en su fuerte sector tecnológico y específicamente en la Inteligencia Artificial (IA), la ciencia de datos y la tecnología para rastrear y combatir la pandemia. Como resultado, las nuevas empresas tecnológicas están integralmente involucradas con médicos, académicos y entidades gubernamentales de todo el mundo para activar la tecnología a medida que el virus continúa propagándose por el planeta.
Una de las habilidades más extendidas de la IA es su capacidad para analizar cantidades ingentes de datos y encontrar patrones. Una vez que ha hecho su trabajo y se completa este filtro automatizado de datos, los epidemiólogos verifican que las conclusiones tengan sentido desde un punto de vista científico, y envían un informe a funcionarios de salud pública en una docena de países, aerolíneas y hospitales de primera línea.
En los últimos años, la IA ha comenzado a desempeñar un papel importante en el sector de la atención médica: las herramientas avanzadas de computación y análisis de datos permiten el intercambio de información y las prácticas de diagnóstico, y profundizan la comprensión de las enfermedades e infecciones por parte de la profesión médica.
La era de la IA y el big data han revolucionado el seguimiento y la predicción del camino de los brotes de enfermedades infecciosas como el del coronavirus. El diagnóstico es el foco de atención de la mayoría de las iniciativas de IA en el sector de atención médica de China, principalmente para evitar la concentración de pacientes en los hospitales y un mayor contagio.
La nueva empresa china de inteligencia artificial Yitu Technology, el proveedor de equipos de telecomunicaciones Huawei y Alibaba Group Holding, están ofreciendo servicios respaldados por inteligencia artificial para ayudar a analizar los escáneres de tomografía axial computarizada (TAC) utilizados por los hospitales para diagnosticar pacientes.
La transformación de China en una economía digital ya estaba en marcha antes del brote de coronavirus, impulsada por su adopción masiva de tecnologías basadas en Internet, aplicaciones móviles y aplicaciones de inteligencia artificial.
Un mapa epidémico, publicado por el gigante chino de búsqueda Baidu, muestra la ubicación de casos confirmados y sospechosos en tiempo real para que las personas puedan evitar ir a los mismos lugares. Qihoo 360, la compañía de ciberseguridad más grande de China ofrece una aplicación que permite a los usuarios verificar si han estado en un tren o avión con alguien que contrajo el virus.
Existen actualmente 1,4 mil millones de dispositivos móviles en uso en China, lo que significa una gran cantidad de datos que se pueden utilizar para controlar un brote de enfermedades infecciosas. En todo el mundo, el uso de big data también se está volviendo común en el alivio de crisis, pero persisten los temores sobre el mal uso. A medida que las aplicaciones se vuelven más populares, existe el temor adicional de que pueda exacerbar la paranoia y conducir a la discriminación contra los pacientes con coronavirus.
La prisa por recoger aún más datos ha llevado a violaciones de la privacidad, especialmente para los residentes en el epicentro de Wuhan, algunos de los cuales tenían sus nombres, direcciones, movimientos diarios y otros datos personales filtrados en Internet en medio del miedo provocado por la propagación de la enfermedad.
En 2017, GSMA, la asociación que representa a los operadores móviles de todo el mundo lanzó una iniciativa de “Big Data para el bien social” que alienta a los grupos de telecomunicaciones a apoyar las respuestas a epidemias y desastres naturales al compartir metadatos anónimos.
Como es lógico, evitar el contacto físico entre individuos disminuye la posibilidad de que el coronavirus siga propagándose. Por ese motivo, los robots también han desempeñado un papel relevante durante los últimos meses en China. Éstos han sido utilizados en varios hospitales chinos para entregar alimentos, medicinas y otros productos en los pabellones de aislamiento mientras un operario les da instrucciones desde la distancia.
La globalización implica una mayor comunicación e interconexión entre las economías de todos los países del mundo. Los mercados han pasado de ser locales a mundiales… y lo mismo ha sucedido con las epidemias, que traspasan fronteras con gran rapidez, convirtiéndose en pandemias en cuestión de semanas.
Luego de conocerse el brote del nuevo coronavirus, el mundo comenzó a ser espectador de cómo China obligaba a sus ciudadanos a permanecer encerrados en sus casas para evitar que el virus se expandiese aún más. Tras 50 días de cuarentena, la vida en el país parece estar volviendo poco a poco a la normalidad. Evidentemente el personal sanitario ha tenido que librar una batalla titánica, pero la relevancia de la tecnología para superar la crisis sanitaria ha sido fundamental, teniendo en la inteligencia artificial uno de sus principales pilares.