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viernes, noviembre 22, 2024
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El T-MEC será más un reto que la salvación de México (al menos a corto plazo)

En el corto plazo, el ganador será Estados Unidos. Pero con el tiempo, si el gobierno mexicano juega bien sus cartas, el país puede consolidarse todavía más proveedor de insumos en la región.

Después de una negociación que abarcó dos administraciones federales en México –Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador-, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) entra en vigor este 1 de julio.

El presidente Donald Trump, quien dijo que el TLCAN fue el peor tratado en la historia, buscó un acuerdo cargado a favor de Estados Unidos. No obstante, durante la negociación, sus pares consiguierón un equilibrio que se traducirá en beneficios para la región. En un principio, ganará Estados Unidos, pero representa una oportunidad para que México conforme cadenas de suministro y se vuelve más competitivo, aseguraron analistas consultados por Expansión.

A diferencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, vigente desde enero de 1994, el T-MEC incluye compromisos en materia ambiental y laboral; asimismo disciplinas que hace 26 años no existían, como el comercio digital.

¿Qué pasará con la entrada en vigor el T-MEC?

Los tres socios comerciales tendrán un periodo de gracia para cumplir con cuestiones como las reglas de origen, las cuales para el sector automotriz estipulan que, un vehículo ligero deberá tener un 75% de contenido hecho en la región y un 70% para los vehículos pesados; además, entre el 40% y el 45% de estos tendrá que provenir de áreas de “altos salarios”.

“El tratado no le va a traer beneficios ni a México ni a Canada, primero porque ya venimos de un tratado que existe. Los cambios a las reglas de origen, seguramente nos va a generar una reducción en el nivel de exportación, una reducción en el superávit en la balanza comercial para México, seguramente se reducirá”, dijo Carlos Quijano, profesor de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.

“Vamos a arrancar en medio de la pandemia, donde las cadenas de suministro están restableciéndose y, vamos además a entrar en una época donde la demanda va a estar muy caída. Nos va a quedar un poquito grande el T-MEC porque el volumen de intercambio va a disminuir algo por la caída en el ingreso, el PIB de Estados Unidos, el PIB mundial y desde luego en el mexicano”, agregó en entrevista Enrique Cárdenas, director de Puebla contra la corrupción.

“Según algunos empresarios mexicanos y muchos analistas de EU, creen que el T-MEC puede reducir la capacidad exportadora de los tres países”, comentó recientemente Alicia Puyana Mutis, consejera del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC).

Desarrollo

Los analistas coinciden en que es mejor tenerlo. Asimismo, refieren que, pese a los retos de este nuevo tratado, también representa oportunidades para México, aunque los beneficios llegarían en el mediano y largo plazos.

“El gobierno mexicano, desde la época de (Ernesto) Zedillo y después, hizo muy poco para que el impacto regional de TLCAN pudiera distribuirse más homogéneamente en el país. Por eso hemos tenido un diferencial en el desarrollo de México entre el centro-norte y el Sur del país. Es un tratado comercial no un convenio de desarrollo integral de un país. El TLCAN no es más que un tratado de libre comercio”, señaló Enrique Cárdenas.

“Con los acuerdos comerciales los presidentes entran y comprometen a su país para satisfacer sus objetivos de desarrollo o de crecimiento de los rubros que quiere satisfacer; pueden ser con los trabajadores o con los empresarios”, complementó Puyana.

La oportunidad de desarrollo viene en el sentido de aprovechar las reglas de origen, para sustituir la proveeduría proveniente de Asia y en menor medida de Brasil y Europa, por componentes producidos en México.

“Lo que busca el T-MEC es cambios en el abastecimiento, sobre todo de acero, aluminio y componentes electrónicos provenientes de Asia y desarrollar ese suministro dentro de la región. Pueden ser empresas mexicanas y canadienses que desarrollen esos productos, no solo estadounidenses”, dijo Quijano, de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey.

“Nuestras exportaciones tienen un bajo valor nacional integrado. Somos en gran medida ensambladores, maquiladores, integradores de proceso pero nuestro nivel de valor en la industria manufacturera, se quedó limitado. Nuestras exportaciones están no más allá del 30% de valor nacional integrado en exportación”, insistió

“Si queremos promover que las cadenas productivas se integren, moviendo empresas hacia el sur-sureste, tiene que estar alineado con toda una política integral. Por ahora no se puede hablar de llevar industria a la zona, porque es posible que no se tenga no solo la infraestructura, sino tampoco personal capacitado para ofrecer sus servicios a las industrias”, añadió el profesor del Tec de Monterrey.

La negociación

Luego de una visión netamente proteccionista de Estados Unidos, México y Canadá lograron llevar el T-MEC a parámetros aceptados en el comercio internacional.

México aprovechó la experiencia del equipo negociador (inició con Ildefonso Guajardo y Juan Carlos Baker y terminó con Jesús Seade). Mantener la discusión en el nivel multilateral y no engancharse en el nivel bilateral, que era donde Estados Unidos quería llevar la negociación, es decir, quería llevar una discusión por un lado con Canadá y por otro lado con México, discutida dos líneas.

¿La salvación económica?

Debido al entorno global por el coronavirus (Covid-19) y a la dependencia que hay entre las economías mexicana y estadounidense, los expertos descartan que el T-MEC sea la salvación económica para México.

“No es que sea la salvación. Más bien va a ayudar a que, conforme se vaya restableciendo la economía de Estados Unidos, nos jale, como lo ha hecho en épocas anteriores, pero no va a ser suficiente para sustituir una caída en el consumo interno como el que se está viendo, y que va a seguir”, señaló el director de Puebla contra la Corrupción.

“Los beneficios del T-MEC se esperan para México, pero es un tema que va a tomar de cinco a siete años. Así está contemplado y así lo ve la mayoría de las empresas y la misma Secretaría de Economía”, sostuvo por su parte Carlos Quijano.

“El Covid generó dos caídas drásticas: en la producción y cadenas de suministro que se han ido desfasando. Hay que ver órdenes de producción y de compra, y ver cuánto tiempo tarda un proveedor en empacar y trasladar los pedidos”, agregó.

Campaña presidencial en EU

En noviembre Donald Trump buscará reelegirse como presidente de Estados Unidos y, seguramente, como lo hizo hace cuatro años, México será parte de su estrategia política para ganar votos.

“No estamos preparados. Es tan grande la asimetría del poder y tan fuerte la sumisión que ha mostrado López Obrador a lo que quiere Trump, que no estamos preparados. Estamos súper vulnerables a lo que diga Trump, así, de plano”, comentó Enrique Cárdenas.

“Estará México presente (en la retórica de Trump), pero tiene otras prioridades para repartir ‘golpes’, pero tendrá que responder a cada evento conforme venga. Es un juego complicado, esquivando algunos golpes y aceptar algunos en eras de un bien mayor, soportando males menores. Ahí el gobierno tendrá un gran reto para saber jugar en esta dinámica”, consideró Quijano.

Fuente: https://expansion.mx

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