El impulso de Beijing por la influencia en el Medio Oriente cobra impulso a medida que Riyadh da un paso hacia una alianza política y comercial
Por Samer Al-Atrush
Arabia Saudita ha dado un paso para unirse a un club de seguridad y comercio regional liderado por China, a medida que el impulso de Beijing por la influencia en el Medio Oriente cobra impulso.
El reino se convertirá en un socio de diálogo de la Organización de Cooperación de Shanghái después de que el gabinete aprobara la medida el miércoles, casi tres meses después de que el presidente chino, Xi Jinping, visitara Arabia Saudita.
La OCS, una alianza política, de seguridad y comercial establecida en 2001 como rival de la influencia occidental, tiene ocho miembros de pleno derecho: China, Rusia, India, Pakistán y cuatro naciones de Asia central. Se espera que Irán se convierta en miembro de pleno derecho de la alianza este año después de firmar un memorando de obligaciones en septiembre pasado.
Otros estados del Medio Oriente como Qatar y Egipto, que al igual que Arabia Saudita tienen estrechos vínculos militares con Washington, también son socios de diálogo de la OCS, un primer paso para ser miembros de pleno derecho.
Cuando Xi se reunió con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, en Riad en diciembre, saludó una “nueva era” en la relación de Beijing con el Golfo. Dos meses después de la reunión de diciembre, Beijing negoció un acuerdo para restablecer las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita y su rival regional, Irán.
El acercamiento ayudó a aliviar las tensiones regionales y dio impulso a las conversaciones de paz en Yemen, donde una coalición militar liderada por Arabia Saudita había estado luchando contra los rebeldes hutíes respaldados por Irán.
Pero la participación de China también subrayó las crecientes ambiciones de Beijing en una región considerada durante mucho tiempo una zona de influencia de Estados Unidos, así como el deseo de Arabia Saudita de diversificar sus relaciones exteriores.
Los medios estatales chinos informaron que Xi habló con el Príncipe Mohammed el martes y ofreció la asistencia de Beijing en futuras conversaciones entre Arabia Saudita e Irán.
China ya es el mayor socio comercial de Arabia Saudita y el reino ha estado invirtiendo más en el país. Esta semana, anunció una empresa conjunta con empresas chinas para construir una refinería de 300.000 barriles por día en China y un acuerdo para adquirir el 10 por ciento de una refinería de petróleo china por 3.600 millones de dólares.
Washington ha observado con cautela los avances de China en el Medio Oriente y advirtió que algunos tipos de cooperación con Beijing podrían debilitar sus relaciones con los EE. UU. Ha expresado su preocupación por la adopción de la tecnología 5G de Huawei en la región y ha presionado a los Emiratos Árabes Unidos para que cierren lo que EE. UU. dijo que era una instalación de seguridad china.
La visita de Xi a Arabia Saudita en diciembre se produjo un mes después de que el presidente Joe Biden prometiera durante un viaje a Jeddah que Estados Unidos no abandonaría la región en manos de China, Rusia e Irán.
Pero pocos analistas esperan que China reemplace a EE. UU., que sigue siendo el principal socio militar y de seguridad de los países del Golfo, a pesar de que dichos estados del Golfo expresan su preocupación de que Washington se ha distanciado cada vez más.
Las relaciones de EE. UU. con Arabia Saudita llegaron a un punto bajo el año pasado después de que Riad liderara las medidas de los países exportadores de petróleo para aumentar la producción en un momento de inflación vertiginosa y justo antes de las elecciones de mitad de período en EE. UU. La Casa Blanca amenazó con reevaluar su relación con Arabia Saudita, pero funcionarios sauditas y estadounidenses dicen que la crisis ha pasado.
FUENTE: https://www.ft.com/content/419c552d-141e-4128-b0e5-59d6cb55c681?shareType=nongift
