El presidente Xi Jinping pidió el jueves reformas más profundas para abordar los problemas económicos del país durante una reunión con los jefes de empresas estatales, empresarios privados e inversores extranjeros.
‘La reforma es la fuerza impulsora del desarrollo’, dijo Xi en la reunión en Jinan, en la provincia oriental de Shandong.
‘Debemos adoptar un enfoque que esté orientado tanto a objetivos como a problemas para resolver problemas… centrarnos en obstáculos institucionales y cuestiones estructurales profundamente arraigados’.
A la reunión asistieron jefes de empresas estatales, ejecutivos de importantes empresas privadas, incluidas Anta, Transfar, Fung Group y la unidad china de la empresa alemana Bosch.
Fue el mensaje más favorable a las empresas emitido hasta ahora por los máximos dirigentes chinos antes de una reunión clave del Partido Comunista en julio –el tercer pleno–, cuando se espera que los líderes del país tracen nuevas agendas de reformas y fijen el rumbo para el crecimiento futuro.
La segunda economía más grande del mundo enfrenta cada vez más dificultades internas y externas, a pesar de haber reportado un crecimiento del 5,3 por ciento en el primer trimestre que superó las expectativas.
Una prolongada desaceleración del sector inmobiliario, una demanda interna obstinadamente débil, una creciente deuda de los gobiernos locales, crecientes barreras comerciales y problemas estructurales profundamente arraigados amenazan con bloquear los engranajes de la recuperación y el crecimiento de China.