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domingo, diciembre 22, 2024
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¿Podría Guatemala salir de la pobreza con una vieja fórmula?

El país centroamericano apuesta por las zonas francas para atraer inversión, pero deja de lado problemas estructurales, como la educación o la infraestructura.

Una mujer con un huipil bordado con flores en punto de cruz barre una de las esquinas de su casa. La construcción es reciente, aún está en obra negra. Esta vivienda gris no es la única nueva en la cuadra ni esa calle es la única del barrio en la que esto pasa. La mayoría son de dos pisos y algunas siguen en plena construcción, al lado de terrenos sembrados de maíz o frijol.

El poblado es Totonicapán, en las montañas del occidente guatemalteco, a 25 kilómetros de Quetzaltenango. Los bosques de niebla rodean el pueblo y son fuente importante para el sustento de muchas familias de la zona, que viven en parte de la explotación forestal y de la carpintería. También sobreviven de la labor de las mujeres que realizan artesanías, como el huipil de la dueña de la casa. Y de la agricultura a pequeña escala, en sembradíos familiares como los que aparecen cada dos viviendas.

Sin embargo, el principal sustento del pueblo son las remesas de los hombres que han migrado a Estados Unidos y a México. Las casas nuevas o en construcción han sido financiadas con el trabajo de los migrantes que llegaron a su destino tras jugarse la vida.

En todo el occidente de Guatemala hay pueblos como Totonicapán, mantenidos desde Estados Unidos con dólares. Las remesas son la mayor fuente de divisas extranjeras para el país, por encima del turismo, que representa alrededor del 3% del producto interno bruto (PIB).

Las remesas son, para muchas personas, una importante razón para migrar. El Banco de Guatemala indica que han aumentado desde el inicio de la pandemia. Pasaron de 10,500 millones de dólares en 2019 a 11,300 mdd en 2020 y 15,295 mdd en 2021 y actúan como un salvavidas esencial para la economía.

LA POBREZA Y LA MIGRACIÓN

Guatemala vive una paradoja. Su economía es la más grande de Centroamérica, incluso por encima de potencias regionales como Costa Rica y Panamá, indica el Banco Mundial (BM). Su PIB ha tenido un crecimiento sostenido en los últimos 10 años, a excepción de 2020, el año en que la economía global fue golpeada por la pandemia. Incluso, el gobierno presume que fue uno de los menos afectados en América Latina, con una contracción de solo 1.5%, mucho menor que el promedio regional, de 6.3%. En 2021, el PIB de Guatemala creció 8% en comparación con el año 2020, según el BM.

Pero no es lo único que ha crecido, también lo ha hecho la pobreza, que pasó de afectar a 47.8% de la población guatemalteca en 2019 a 52.4% en 2020. ¿Por qué una economía que crece tiene cada vez más personas en situación de pobreza?

8% CRECIÓ EL PIB DE GUATEMALA EN 2021, TRAS CAER 1.5% EN 2020

Alejandro Malouf, ministro de Economía de Guatemala hasta el pasado marzo, señaló en entrevista con Expansión antes de su salida del gabinete que el Ejecutivo, a través del Programa Nacional de Competitividad, impulsó en el Congreso una reforma a la Ley de Zonas Francas con el fin de simplificar los trámites y atraer más inversiones. “Se va a facilitar la atención a la inversión en maquila”, dijo . “Es importante que tengamos ese tipo de inversiones en Guatemala”.

Sin embargo, los especialistas consultados indican que la sola creación de zonas francas no bastará para atraer mejores inversiones ni para generar empleos de calidad para los pobladores.

“Por casi ya 40 años, en muchos países en América Latina y en países del sur global se han tratado de implementar y han demostrado no ser efectivas para propiciar el desarrollo”, dice Jaramillo Molina, que también es miembro del Instituto Internacional de Inequidades de la London School of Economics. “Había la creencia de que disminuyendo impuestos, atrayendo la inversión extranjera y facilitando los negocios de cierta manera, la actividad económica generaría empleos y eso generaría derrama económica para el resto de la población y todo el nivel del bienestar crecería”.

EVOLUCIÓN DEL PIB DE GUATEMALA

El producto interno bruto del país ha tenido un crecimiento sostenido y fue de los que menos cayó en la región en 2020.

De la mano del crecimiento de la pobreza, también está el de la migración. En 2020, 1.3 millones de inmigrantes guatemaltecos vivían en Estados Unidos, un aumento de 44% en comparación con los 902,000 que lo hacían en 2013, de acuerdo con estimaciones del Instituto de Políticas en Migración (MPI, por sus siglas en inglés). Y el 80% de quienes migran señaló motivos económicos para mudarse, el 10% dio motivos relacionados con la violencia y el 7%, reunificación familiar, según un estudio de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) sobre migrantes retornados a Guatemala publicado en 2020.

¿UNA POSIBLE SOLUCIÓN?

Una van se estaciona al lado de una mesa bajo una terraza que ofrece algo de sombra y protección en un día caluroso de octubre de 2021 en Michatoya Pacífico, en el sur de Guatemala. De la camioneta bajan 10 hombres. Visten camisa blanca o de mezclilla, en combinación con pantalones color caqui. Ríen, sonríen y hablan animados en un inglés intrincado.

“Son inversores coreanos, vienen a visitar el parque industrial. Piensan instalarse en alguna de las naves industriales”, explica Esdras Méndez, el CMO de la Zona de Desarrollo Económico Especial Pública (ZDEEP) Michatoya Pacífico, en el departamento de Escuintla, en el suroeste del país.

En octubre, la ZDEEP estaba a medio construir. El área donde los empresarios asiáticos celebran sirve para recibir a las visitas y terminar aquí, con bebida y comida, los recorridos a las distintas naves industriales que constituirán el desarrollo. En la entrada del complejo de 9,878 hectáreas, una pequeña planta de cemento provee a todas las obras de esta zona.

La primera etapa del desarrollo estaba programada para estar lista en enero de 2022. Hasta el cierre de este reportaje, opera con cuatro clientes, aunque esperaba tener varias decenas en el transcurso del año.

Las fases restantes, que incluyen una carretera de 7.3 kilómetros para conectar con la ruta hacia Puerto Quetzal, el más importante del país, a solo 30 kilómetros, no lo harán hasta 2024. Hay una razón para que las obras no se terminen aún: muchas de las instalaciones están diseñadas según las necesidades de los clientes.

Estas zonas cuentan con varias facilidades fiscales: están exentas del pago del impuesto sobre la renta (ISR) por 10 años, y libres del impuesto al valor agregado (IVA), sobre dividendo y los timbres fiscales, así como algunas cuotas arancelarias. A cambio, los municipios reciben parte de las utilidades de las empresas, de acuerdo con la autoridad de la zona arancelaria industrial y comercial de Guatemala (Zolic). La autoridad no especifica el porcentaje.

Las ZDEEP, que en la práctica funcionan como zonas francas, son una de las principales apuestas del gobierno de Alejandro Giammattei para atraer más y mejor inversión al país y también, generar más empleo. El país cuenta actualmente con 10.

80% DE QUIENES MIGRAN EN GUATEMALA LO HACEN POR MOTIVOS ECONÓMICOS.

Alejandro Malouf, ministro de Economía de Guatemala hasta el pasado marzo, señaló en entrevista con Expansión antes de su salida del gabinete que el Ejecutivo, a través del Programa Nacional de Competitividad, impulsó en el Congreso una reforma a la Ley de Zonas Francas con el fin de simplificar los trámites y atraer más inversiones. “Se va a facilitar la atención a la inversión en maquila”, dijo . “Es importante que tengamos ese tipo de inversiones en Guatemala”.

Sin embargo, los especialistas consultados indican que la sola creación de zonas francas no bastará para atraer mejores inversiones ni para generar empleos de calidad para los pobladores.

“Por casi ya 40 años, en muchos países en América Latina y en países del sur global se han tratado de implementar y han demostrado no ser efectivas para propiciar el desarrollo”, dice Jaramillo Molina, que también es miembro del Instituto Internacional de Inequidades de la London School of Economics. “Había la creencia de que disminuyendo impuestos, atrayendo la inversión extranjera y facilitando los negocios de cierta manera, la actividad económica generaría empleos y eso generaría derrama económica para el resto de la población y todo el nivel del bienestar crecería”.

¿POR QUÉ NO SOÑAR? ¿TENEMOS QUE SER UN PAÍS TERCERMUNDISTA TODA LA VIDA? DEBEMOS PODER CONSEGUIRLO

Alejandro Malouf, exministro de Economía de Guatemala.

El especialista asegura que este tipo de políticas terminan debilitando al Estado, sobre todo, en un país como Guatemala, donde la recaudación fiscal es muy baja.

Según el Banco de Guatemala y la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), la recaudación fiscal del país fue de 80,329 millones de quetzales (alrededor de 10,400 mdd), el equivalente al 12% del PIB nacional. Esto está muy por debajo del promedio de recaudación de América Latina, que es del 23%, y del 34% promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Salazar Andreu, de la UP, sostiene que el problema de las zonas francas es que normalmente atraen a empresas ensambladoras o maquiladoras, con empleos con un nivel de ingreso muy bajo, mientras que los puestos de dirección y gerenciales son ocupados por extranjeros. “El tema es que si estas empresas van a pagar salarios paupérrimos a los que estén en la maquila y en el ensamble y los grandes puestos estratégicos y los medianos sean totalmente para extranjeros, pues entonces no va a permear”, dice.

EN UN VISTAZO

Estos son algunos de los principales indicadores del país:

CORRUPCIÓN E INFRAESTRUCTURA

Además de los problemas que conllevan las zonas francas, Guatemala tiene dos problemas para atraer inversión: una infraestructura deficiente y una gran percepción de corrupción, que aumentó tras la salida de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) en 2019.

Sobre la infraestructura, el país se ubicó en el puesto 102 de 141 países de este pilar en el Índice de Competitividad 2019 del Foro Económico Mundial. La conectividad carretera y la calidad de la infraestructura, sin embargo, se ubican casi al fin de la tabla, en los puestos 134 y 132, respectivamente.

El gobierno admite la falta de infraestructura de calidad, pero también se dice sin recursos para destinar más inversión. Su solución es promover las asociaciones público-privadas, pero estas, al tener que ser aprobadas por el Congreso, son lentas y muchas veces quedan en nada.

“En muchos casos pueden ser una solución, pero, en general, lo más justo es recaudar más. Recaudando más, el Estado puede empezar a avanzar en la infraestructura”, dice Jaramillo Molina. Sin embargo, para recaudar más necesita construir mayor confianza pública, algo complicado con la percepción de corrupción en el país.

Guatemala tiene una calificación de 25/100, en el Índice de Percepción de la Corrupción 2021 de Transparencia Internacional, que lo coloca a la par de naciones como Guinea, Irán y Tayikistán.

Salazar Andreu explica que la corrupción, por ejemplo, aumenta los costos de producción, ya que parte de las ganancias se destina a los sobornos a las autoridades locales, lo que es muy penado por las propias áreas de compliance de los grandes corporativos globales.

EL SUEÑO COREANO

Para Malouf, Corea del Sur es un sueño al que debe aspirar Guatemala. “¿Por qué no soñar? ¿Acaso tenemos que ser un país de tercer mundo toda la vida? Guatemala es un país pequeño, bien ubicado, con gente trabajadora”, dijo. “Lo hizo Corea, lo hicieron otros países. Debemos poder conseguirlo”.

Sin embargo, para lograrlo, antes de atraer inversiones, Corea del Sur hizo una fuerte inversión en la educación, principalmente, en las áreas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.

“Corea del Sur y Singapur (…) lo que hicieron fue crear instituciones, pautas sociales para alcanzar ciertos objetivos y convertirlos en conductas”, dice Salazar Andreu.

El investigador recuerda que estos dos países iniciaron desde su vida independiente ambiciosos programas educativos que dieron como resultado una generación de ingenieros. El especialista en políticas públicas señala que son justo las mujeres coreanas quienes tienen un mejor desempeño académico, por lo que sugiere dirigir los programas educativos principalmente a las mujeres indígenas de Guatemala.

“Hay que empezar por las mujeres, hay una estrategia, ya está demostradísimo que las mujeres indígenas no tienen las mismas oportunidades y si queremos resolver el problema de la pobreza, tenemos que empezar por brindarles educación de calidad”, señala.

FUENTE: https://expansion.mx/mundo/2022/06/22/guatemala-salir-de-la-pobreza-con-una-vieja-formula?utm_source=Hoy&utm_campaign=9e07d28851-EMAIL_CAMPAIGN_2022_06_22_08_11&utm_medium=email&utm_term=0_35f350be4e-9e07d28851-118980873

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