Si los estadounidenses votan a mitad de período por los republicanos por enojo por la inflación, no obtendrán una inflación más baja. En cambio, verán cómo se destruyen sistemáticamente los beneficios, los programas y los derechos valorados por la mayoría de los estadounidenses, así como más amenazas a la propia democracia estadounidense.
BERKELEY – La inflación ahora encabeza la lista de preocupaciones de muchos votantes en los Estados Unidos. Pero si utilizan las elecciones de mitad de mandato de este mes para protestar contra la inflación, podrían ceder el control del Congreso al Partido Republicano, con consecuencias desastrosas para sus propios niveles de vida y la democracia estadounidense.
Pase lo que pase con la inflación durante el próximo año, tendrá muy poco que ver con el Congreso. Lo que importa es la política monetaria de la Reserva Federal de EE. UU. y los acontecimientos globales, como la guerra en Ucrania, que afectan los precios de las materias primas y las cadenas de suministro. Los precios de la gasolina pueden ser una fuente importante de dolor inflacionario para los votantes estadounidenses, pero ni el presidente ni el Congreso pueden hacer mucho para reducirlos a corto plazo.
Además, sabemos lo que haría un Congreso republicano. Recortaría los beneficios del gobierno que la mayoría de los estadounidenses valoran. Evisceraría las disposiciones de la reciente Ley de Reducción de la Inflación (IRA) para controlar los costos de atención médica y combatir el cambio climático. Limitaría y aumentaría los costos de la planificación familiar (control de la natalidad) y los servicios de salud reproductiva para las mujeres, y perseguiría una prohibición federal del aborto, con terribles consecuencias económicas y sociales. Tras la eliminación del derecho constitucional al aborto por parte de la Corte Suprema, muchas mujeres estadounidenses ahora deben viajar a otros estados para recibir atención. Bajo una prohibición nacional, los estadounidenses tendrían que buscar servicios de salud reproductiva en otros países.
En resumen, los republicanos seguirán una agenda que empeorará la vida de la mayoría de los estadounidenses. Kevin McCarthy, quien probablemente se convertiría en el presidente de una Cámara de Representantes controlada por los republicanos, prometió chantajear al presidente Joe Biden y a los demócratas para que acepten la agenda republicana o se arriesguen a un incumplimiento de pago de la deuda del gobierno de EE. UU. Como en el pasado, la amenaza republicana de bloquear un aumento al techo de la deuda federal es profundamente irresponsable, pero también creíble.
Un incumplimiento tendría consecuencias nefastas para la economía de EE. UU., tanto de inmediato como en las próximas décadas. Decenas de millones de familias, incluido el personal militar, perderían inmediatamente el acceso a los programas federales de los que dependen para su sustento. Habría pérdidas masivas en los mercados de capitales globales, lo que supondría un gran golpe para las cuentas de jubilación de millones de estadounidenses.
Además, las tasas de interés se dispararían y el valor del dólar se desplomaría a medida que los inversionistas globales se deshicieran de sus tenencias de deuda del gobierno de EE. UU. (el activo seguro de referencia del mundo durante los últimos 100 años). Los precios de los bienes y servicios importados, que representan alrededor del 13% del PIB, se dispararían.
Es probable que los estragos en los mercados de capital globales desencadenen una recesión tanto en el país como en el mundo, y la pérdida de confianza en la deuda de EE. UU. significaría el final del papel del dólar como moneda de reserva dominante en el mundo. Los estadounidenses enfrentarían mayores costos de endeudamiento y mayores precios de importación en las próximas décadas.
Pero la alternativa de simplemente aceptar la agenda republicana también tendría consecuencias nefastas. Eso también aumentaría los precios de los productos y servicios que quieren los estadounidenses. Los republicanos están ansiosos por acabar con las medidas del IRA para controlar el Medicare y los precios de los medicamentos, y por reducir los precios de los vehículos eléctricos y otros productos de energía limpia. También se enfocarían en los programas gubernamentales de los que dependen decenas de millones de estadounidenses, incluidos Medicare, el Seguro Social, Obamacare, asistencia para la vivienda, programas de almuerzos escolares y asistencia alimentaria. Y bloquearían la implementación de un programa de alivio de la deuda de los estudiantes que reducirá los costos del servicio de la deuda de 40 millones de estadounidenses.
Un Congreso controlado por los republicanos seguiría entonces una estrategia desacreditada del “lado de la oferta” para impulsar el crecimiento con donaciones para los ricos, el enfoque que acaba de causar un colapso financiero y político en el Reino Unido, lo que obligó a Liz Truss a renunciar al cargo de primer ministro después de solo 44 días Los republicanos se han comprometido abiertamente a reducir las tasas de impuestos sobre la renta para los más ricos de Estados Unidos, desafiando a la mayoría de los estadounidenses que creen que estas tasas deberían aumentar. Bloquearían la implementación de la tasa impositiva mínima del IRA del 15% para las corporaciones estadounidenses, desafiando nuevamente la voluntad de la mayoría. Y bloquearían la financiación de la IRA para fortalecer la capacidad de ejecución del Servicio de Impuestos Internos, que se espera que produzca $204 mil millones adicionales durante la próxima década.
Reducir los impuestos para los ricos y las corporaciones no es gratuito. Reduciría los ingresos fiscales, y esas pérdidas tendrán que compensarse con tarifas e impuestos adicionales sobre las familias de clase media y trabajadora, o mediante recortes en los programas y beneficios gubernamentales que valoran.
Peor aún, mientras privaban de estos programas, los republicanos del Congreso, cooperando con sus aliados en muchos gobiernos estatales, también tomarían medidas para restringir los derechos de voto, de modo que los votantes insatisfechos encontrarán nuevas barreras cuando intenten responsabilizar al partido por su agenda profundamente impopular. Estados Unidos habrá sido arrastrado aún más por el camino hacia el gobierno minoritario permanente.
Si los estadounidenses votan por los republicanos por enojo por la inflación, no obtendrán una inflación más baja. En cambio, verán sistemáticamente destruidos los beneficios, programas y derechos valorados por la mayoría de los estadounidenses. Más concretamente, un voto a favor de los republicanos es un voto en contra de la propia democracia estadounidense. Es un voto por el sedicioso y racista movimiento MAGA que ahora controla el partido.
FUENTE: https://www.project-syndicate.org/commentary/what-2022-midterm-republican-victory-would-mean-by-laura-tyson-and-teresa-ghilarducci-2022-11?mc_cid=4ca6b0cefb&mc_eid=25dc606740
