En los últimos años, el gradiente de renta de la tierra para la ciudad de Londres se ha aplanado en 17 puntos porcentuales. Además, el teletrabajo ha aumentado 24 puntos porcentuales para los trabajadores calificados, pero mucho menos para los trabajadores no calificados.
Para racionalizar estos hechos estilizados, proponemos un modelo de ciudad monocéntrica con trabajadores heterogéneos y teletrabajo. Los trabajadores calificados, que trabajan en la producción de bienes finales, pueden teletrabajar, mientras que los trabajadores no calificados, que trabajan en la producción de bienes finales o servicios locales, no pueden hacerlo. Mostramos que el aumento del teletrabajo aplana el gradiente de renta de la tierra y, finalmente, los trabajadores calificados se trasladan del centro de la ciudad a la periferia de la ciudad, cambiando fundamentalmente la estructura de la ciudad.
El aumento del teletrabajo tiene implicaciones para los trabajadores no calificados que pasan del sector de servicios locales a los bienes finales, lo que lleva a una mayor desigualdad salarial entre trabajadores calificados y no calificados. El modelo se extiende a dos ciudades que difieren en productividad. El teletrabajo permite que los trabajadores calificados de la ciudad más productiva residan en la ciudad menos productiva donde la vivienda es más barata. Esto aumenta los precios de la vivienda en la ciudad menos productiva, en relación con la ciudad más productiva, y tiene implicaciones para los trabajadores no calificados en ambas ciudades. Proporcionamos evidencia empírica de los precios de la vivienda en Inglaterra que es consistente con este resultado.
FUENTE: https://cepr.org/publications/dp17672
